El presidente estadounidense Joe Biden aseguró que seguiría en la carrera presidencial de 2024, pero dos errores críticos en el lapso de dos horas ahondaron las preocupaciones sobre su agudeza mental que amenazan su campaña.
Biden, de 81 años, vio la culminación de la cumbre de la OTAN de esta semana como una oportunidad para tranquilizar a los aliados que durante dos semanas habían mostrado preocupación sobre sus capacidades tras su actuación en el primer debate contra Donald Trump. Durante una reunión bilateral con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y una rueda de prensa de casi una hora habló con confianza sobre una serie de temas complejos, desde el código tributario y la política comercial hasta Rusia y la guerra entre Israel y Hamás.
Sin embargo, prácticamente sin margen de error, Biden confundió a dos de sus mayores aliados con sus mayores enemigos.
Biden provocó sorpresa —y burlas instantáneas en internet— cuando presentó por error al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, como el presidente ruso, Vladímir Putin, en un evento al margen de la cumbre de la OTAN. Luego confundió a su vicepresidenta, Kamala Harris, con el candidato presidencial republicano, Donald Trump, en su respuesta a la primera pregunta en la muy escrutada conferencia de prensa al decir que “no habría elegido al vicepresidente Trump para ser vicepresidente” si no tuviera confianza en ella”.
La conferencia de prensa individual, la primera de Biden este año, fue diseñada para demostrar que tiene la resistencia y la capacidad para argumentar ante los votantes que deberían elegirlo a él y no a Trump en noviembre. Sus fieles aliados dijeron que se sintieron animados mientras respondía a las preguntas de 11 periodistas, y mostró más humildad que en los últimos días sobre el difícil camino político que tiene por delante.
“Estoy decidido a postularme, pero creo que es importante disipar los temores”, sostuvo Biden.
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Pero con los espectadores atentos a cada una de sus palabras, las primeras señales indicaron que el desempeño de Biden no fue suficiente para aliviar la agitación interna del partido que se desató después de su debate contra Trump.
Un miembro de una delegación de la OTAN dijo después de la conferencia de prensa que el líder de su nación no creía que Biden pudiera sobrevivir a la crisis que consumía su presidencia. Un alto funcionario europeo dijo que los errores verbales de Biden eran una vergüenza porque eclipsaron una cumbre que fomentó la unidad sobre el gasto de defensa y la amenaza que representa Rusia.
Otro importante funcionario europeo lamentó la posición debilitada de Biden porque a su juicio ningún futuro líder estadounidense, ya sea Trump u otro demócrata, comparte la profundidad del compromiso de Biden con la alianza transatlántica.
El desempeño de Biden fue por momentos inestable e incluyó algunas de las características de los intercambios estrictamente controlados preferidos por la Casa Blanca, como convocar a una lista de reporteros preseleccionados. Pero evitó repetir algunos de los peores errores del debate del mes pasado.
En cierto modo, fue una conferencia de prensa que tuvo algo para todos.
Los asistentes de la campaña de Biden dijeron que creían que la actuación convencería a los legisladores que habían expresado alarma sobre el camino del presidente hacia la victoria.
Para Trump y sus aliados, que quieren que Biden permanezca en la carrera presidencial, hubo suficiente material para burlarse, pero no un momento devastador que hubiera sacado al presidente de la contienda. Un candidato sustituto podría mitigar algunos de los avances que Trump ha logrado entre los votantes jóvenes y grupos minoritarios que están desilusionados por la edad de Biden.
Trump aprovechó alegremente que Biden confundiera a Harris con su predecesor y publicó en su sitio de redes sociales que Biden había hecho un “gran trabajo”.
Cuando al final de la conferencia de prensa se le preguntó acerca de los dichos de Trump sobre su error, Biden sugirió que su rival había dicho cosas mucho peores.
“Escúchenlo”, señaló.
“Terminar este trabajo”
Biden rechazó las peticiones de que se haga a un lado planteadas por múltiples periodistas, diciendo que es “la persona mejor cualificada para hacer el trabajo”. Dijo que no había cedido el papel de abanderado del partido a otro demócrata “porque hay mucho en juego”.
“Tengo que terminar este trabajo”, dijo.
Pero fue una de las primeras veces durante su presidencia que reconoció que “hay otras personas que también podrían vencer a Trump”.
Aunque dijo que seguía comprometido a presentarse, sí admitió que podría reconsiderarlo si “volvieran y dijeran que no hay forma de que pueda ganar”, luego añadió rápidamente “nadie está diciendo eso”. Aun así, es un cambio respecto a la semana pasada, cuando dijo que solo el “Señor Todopoderoso” podría apartarlo de la carrera presidencial.
Posteriormente, Biden minimizó sus errores verbales, señalando que los líderes mundiales habían calificado la conferencia de la OTAN como un éxito.
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Sin embargo, incluso Biden reconoció que quizá nunca pueda tranquilizar del todo a los estadounidenses sobre su competencia cuando se le preguntó si se sometería a un nuevo examen neurológico.
“Haga lo que haga, nadie va a quedar satisfecho”, dijo el presidente.
Sus declaraciones erróneas se produjeron después de que el New York Times informara el jueves que varios antiguos asesores del presidente estaban discutiendo formas de persuadir a Biden para que abandonara la contienda, y que su campaña está evaluando cómo le iría a Harris frente Trump si ella quedara al frente de la candidatura.
Los portavoces de Biden insistieron en que su equipo seguía apoyándolo, pero la señal de que los propios cercanos del presidente podrían estar uniéndose al grupo de legisladores, donantes y estrategas externos que han pedido a Biden que abandone la carrera presidencial equivale a un golpe potencialmente mortal después de una difícil semana.
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“No estoy en esto por mi legado. Estoy aquí para completar el trabajo que empecé”, dijo Biden.
El presidente dijo que su agenda había estado “a tope” y que necesitaba ir a su ritmo, al tiempo que señaló que su personal había añadido muchos eventos a su calendario. Pero dijo que se comparaba favorablemente con Trump.
“En lugar de empezar todos los días a las siete y acostarme a medianoche, lo que dije fue que sería más inteligente para mí cuidar un poco más mi ritmo”, explicó Biden.
“¿Dónde ha estado Trump? ¿Paseando en su carrito de golf? ¿Rellenando su tarjeta de puntuación antes de golpear la pelota?”, añadió.
Legisladores cautelosos
Altos funcionarios de la Casa Blanca y de la campaña fueron enviados al Capitolio el jueves en un intento por tranquilizar a los legisladores recelosos. Muchos salieron de un almuerzo de senadores demócratas negándose a responder las preguntas sobre el presidente que formulaban por los periodistas.
La reunión se produjo un día después de que dos de los aliados más cercanos de Biden en el Congreso —el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, y la expresidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi— parecieran estar empujando a Biden hacia la puerta de salida.
Pelosi dijo a MSNBC que Biden tenía que decidir “si va a presentarse”. Axios informó de que Schumer señaló en privado a los donantes que estaba abierto a descartar a Biden, aunque el senador neoyorquino dijo posteriormente que respalda al presidente.
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