Joe Biden no puede tomarse un respiro. Parecía que las cosas no podían ir mucho peor para el presidente después de que el miércoles le diagnosticaran covid-19, lo que le obligó a cancelar una aparición pública con un grupo de defensa de derechos de los latinos, y echó por tierra sus esperanzas de distraer la atención a la Convención Nacional Republicana.
A esto le siguió una avalancha de filtraciones de que altos dirigentes del Partido Demócrata advirtieron personalmente a Biden de que era poco probable que derrotara a Donald Trump y que estaba poniendo en grave peligro a sus aliados en el Congreso.
El líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, le dijo a Biden que sería mejor que se retirara de la carrera, informó ABC News. El líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, dijo al presidente que su candidatura ponía en peligro las esperanzas de los demócratas de mantener el control de cualquiera de las dos cámaras del Congreso, según el Washington Post. Y la ex presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi le dijo a Biden en una conversación privada que no podía derrotar a Trump, según CNN.
A estas declaraciones privadas le siguieron señales públicas de que los demócratas siguen sin estar convencidos de que la campaña de Biden sea viable. A primera hora del miércoles, Adam Schiff —el congresista por California y candidato demócrata en la carrera por el Senado de ese estado— reanudó su pedido a Biden de que abandone la carrera, instándole a “pasar la antorcha”.
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Por otra parte, Schumer y Jeffries se esforzaron por poner fin a un intento de algunos aliados de Biden de celebrar una votación virtual anticipada. De haber tenido éxito, Biden podría haber formalizado su nominación en los próximos días, ayudando a sofocar la revuelta.
En lugar de ello, el presidente se retiró a aislarse tanto física como metafóricamente en su casa de Rehoboth Beach, Delaware, buscando en solitario cómo enderezar una campaña sumida de nuevo en el caos.
En la Casa Blanca, el portavoz Andrew Bates insistió en que la campaña de Biden iba viento en popa.
Biden dijo a los líderes del Congreso “que es el candidato del partido, que planea ganar y que está deseando trabajar con ambos para aprobar su agenda de los 100 días para ayudar a las familias trabajadoras”, dijo Bates en un comunicado.
Pero el episodio de covid aleja al presidente de la campaña electoral y vuelve a poner su salud en el punto de mira. Es un un momento crítico en el que trata de demostrar que los temores sobre su edad y su agudeza mental son exagerados.
Y Biden avivó aún más el melodrama al sugerir en una entrevista grabada en BET el martes que consideraría abandonar la carrera si surgieran nuevos problemas de salud, y que estaría abierto a pasar la antorcha a la vicepresidenta Kamala Harris si aparecieran nuevas condiciones médicas durante un segundo mandato.
Incluso los aliados de Biden luchaban por defender al presidente. El senador Bernie Sanders, uno de los miembros progresistas que han salido en defensa de Biden en los últimos días, admitió en una entrevista con el New Yorker que Biden tenía problemas para completar las frases.
Y lo que es peor, los problemas de Biden contrastaron con las escenas de la convención del Partido Republicano, donde el candidato republicano Trump apareció en el escenario luciendo una oreja vendada tras el intento fallido de asesinato el pasado fin de semana.
La respuesta de Trump al tiroteo, desafiante y con los puños en alto, resultó icónica al instante y disipó las dudas dentro del Partido Republicano en su favor. El martes por la noche, Nikki Haley y Ron DeSantis, antiguos enemigos en las primarias, subieron al escenario en Milwaukee para exponer sus argumentos a favor de apoyar la candidatura de Trump.
Los acontecimientos contribuyeron a una creciente sensación de dos campañas que se dirigen en direcciones opuestas: una en ascenso y la otra en agitación.
Las encuestas de opinión pública subrayan los motivos de preocupación para los demócratas.
Casi dos tercios del propio partido de Biden opinan que debería retirarse de la carrera, según una encuesta de Associated Press—NORC publicada horas antes del diagnóstico de covid. Solo tres de cada 10 demócratas confían mucho o muchísimo en su capacidad para ejercer eficazmente como presidente.
Fuera de juego
Biden tenía la esperanza de invertir esas percepciones en un viaje de tres días.
En un principio, el presidente tenía previsto viajar el lunes a Austin (Texas) para pronunciar un discurso con motivo del 60 aniversario de la Ley de Derechos Civiles en la Biblioteca Presidencial Lyndon Baines Johnson. La Casa Blanca había visto el discurso como una oportunidad para que Biden se vinculara a los anteriores esfuerzos demócratas para ampliar las protecciones a las minorías, al tiempo que presentaba a Trump como habilitador de nuevas restricciones sobre el aborto y el voto.
Pero el acto se canceló tras el tiroteo del sábado en el mitin de Trump, y la entrevista prevista con NBC News se trasladó a la Casa Blanca. Sin el evento como telón de fondo, la entrevista se convirtió en un intercambio tenso y combativo centrado en gran medida en la retórica de Biden y las preguntas sobre su edad.
“Alguna vez ven y háblame de lo que deberíamos estar hablando”, dijo Biden al presentador de la NBC Lester Holt al concluir. “¿De acuerdo? De los temas”.
Biden reanudó los actos de campaña el martes con una aparición en la convención nacional de la NAACP, pero erró la pieza central de su discurso: una nueva propuesta para limitar los aumentos de los alquileres por parte de los propietarios corporativos a un 5% anual.
En su lugar, Biden pareció esforzarse por leer su teleprompter, diciendo finalmente que el límite sería de US$ 55.
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Problema médico
Tras el acto, BET News publicó extractos de una entrevista con Biden en la que parecía abrir la puerta a reconsiderar su candidatura a la reelección si los médicos se lo aconsejasen.
“Si tuviera alguna condición médica que surgiera, si alguien, si los médicos vinieran a mí y me dijeran, tienes este problema y ese problema”, dijo Biden.
El miércoles, las cosas no mejoraron. Biden mantuvo una llamada con Jeffrey Katzenberg, el ejecutivo de Hollywood que lidera su campaña de recaudación de fondos, y le dijeron que las donaciones se estaban agotando debido a la preocupación por su edad, informó Semafor. Katzenberg emitió posteriormente un comunicado al medio calificándolo de “interpretación errónea de una reunión privada”.
A continuación, el presidente fue a grabar una entrevista radiofónica con Univision, pero la abandonó sintiéndose indispuesto. Una prueba de covid confirmó su infección y el presidente se dirigió rápidamente al aeropuerto de Las Vegas para regresar a su casa en Rehoboth Beach, Delaware.
La única noticia positiva para el presidente fue que sus síntomas eran leves, según la Casa Blanca: secreción nasal, tos y “malestar general”.