Desde un lago con su nombre al empujón a un primer ministro para robarle protagonismo en una reunión de la OTAN: en sus cuatro años de mandato que finalizan este miércoles, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado curiosos rastros y anécdotas en los Balcanes.
Trump será recordado en el sureste de Europa sobre todo por los llamados “acuerdos de normalización económica” entre Serbia y su exprovincia Kosovo, independiente desde el 2008 contra la voluntad de Belgrado.
Lo firmado por Serbia y Kosovo son dos declaraciones separadas en las que se comprometen a darse una tregua en su guerra diplomática e intensificar, con asistencia estadounidense, esfuerzos para avanzar en la cooperación económica e infraestructuras comunes.
EL APURO DE VUCIC
Lo más llamativo de estos acuerdos fue la ceremonia de la firma de los documentos, celebrada el pasado 4 de septiembre en la Casa Blanca con la participación de propio Trump, del presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, y del primer ministro Kosovo, Avdullah Hoti.
En un momento del acto, mientras repasaba los compromisos asumidos por Belgrado, el presidente estadounidense mencionó el traslado de la embajada serbia en Israel a Jerusalén, ciudad disputada que Israel considera su capital pese a que los palestinos también la reclaman como suya.
Sentado a la derecha de Trump, el presidente serbio reaccionó con aparente perplejidad. Visiblemente incómodo, miró las hojas de la declaración acordada y giró la cabeza hacia donde estaban sus colaboradores con ademán de pedir explicaciones.
Vucic se tocó después el pelo con evidente nerviosismo. Parecía que el jefe de la Casa Blanca le hubiera colado una concesión a la que él no había accedido durante las negociaciones. El vídeo se convirtió en viral y Vucic fue objeto de burlas por haber caído en una aparente trampa de Trump.
EL LAGO TRUMP
Los acuerdos también sirvieron para poner fin a la polémica entre los dos países sobre el nombre del lago fronterizo Ujman (para los kosovares) o Gazivoda (para los serbios), que está repartido entre Kosovo (80 % del lago) y Serbia (20 %).
“El nombre de un lago que está en Kosovo y Serbia ha sido un importante punto de fricción pese a que Estados Unidos ha forjado un compromiso para hacer un estudio de viabilidad y crear empleo y más energía para la región”, tuiteó el 24 de septiembre el negociador de Trump, Richard Grenell.
“Por esa razón, las dos partes han acordado un nuevo nombre: Lago Trump”, añadió el emisario estadounidense sobre una idea que surgió como una broma para distender el ambiente en las negociaciones.
EMPUJÓN EN LA OTAN
Trump también será recordado en la región por la brusquedad con la que apartó de su camino, con un empujón en el que muchos vieron una prueba de su arrogancia, al entonces primer ministro de Montenegro, Dusko Markovic, para ponerse al frente de un corrillo en el que también participaban otros líderes.
Los hechos ocurrieron delante de las cámaras de los medios internacionales durante una reunión de la OTAN en Bruselas en el 2017, y dieron pie a una de las filmaciones de su persona más virales.
EL MARISCAL TWITTO
Uno de los grandes valedores de Trump en Europa ha sido el primer ministro de Eslovenia, el populista conservador Janez Jansa.
Al igual que Trump, Jansa es un ávido tuitero y, por su política implacable a la hora de bloquear críticos en la red social, ha sido apodado “Mariscal Twitto”, en referencia al Mariscal Josip Broz “Tito” (1892-1980), dictador socialista de la antigua Yugoslavia durante 35 años.
Cuando aún no se habían escrutado la mayor parte de los votos emitidos en las elecciones estadounidenses del 4 de noviembre pasado, Jansa declaró a Trump ganador de los comicios.
Posteriormente, vaticinó que su rival, el demócrata Joe Biden, será “uno de los presidentes más flojos de la historia”.
LA ESTATUA DE MELANIA
La patria del Mariscal Twitto es la cuna natal de la actual esposa del saliente presidente de EEUU, la exmodelo Melania Trump.
Nacida en 1970 en la localidad de Novo Mesto del sur de Eslovenia, la tercera mujer de Trump llegó en 1996 a EEUU llamándose Melania Knauss.
La fiebre de derribar estatuas consideradas racistas que sacudió a EE.UU. el año pasado se extendió también al municipio esloveno de Sevnica, donde creció Melania.
En julio del 2020, una escultura de madera erigida allí por los artistas Bred Downey y Ales ‘Maxi’ Zupevc que, sin hacer justicia a la exmodelo, intentaba representar a la primera dama y fue incendiada por desconocidos.
En septiembre del año pasado, Downey repuso la escultura, esta vez en bronce para asegurarse de que no vuelva a ser pasto de las llamas, junto a una placa que honra “la eterna memoria del monumento a Melania que un día se alzó” allí.
LA GORRA DE MAGA
De la presidencia de Trump también se recordará el regalo del presidente estadounidense a su homólogo rumano, Klaus Iohannis.
En julio del 2019, cuando Iohannis visitó a Trump en la Casa Blanca, en Rumanía esperaban avances en la eliminación de los visados que se exigen a los rumanos para entrar a EE.UU.
Iohannis no obtuvo nada de Trump en ese sentido, pero no volvió a Rumanía con las manos vacías: el presidente de la Casa Blanca le regaló una gorra con su célebre lema de campaña, Make America Great Again (MAGA).