El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, aseguró que es una “prioridad urgente” de su Gobierno averiguar “quién y qué” son los “responsables” del “síndrome de La Habana”, como se conocen los extraños ataques contra diplomáticos estadounidenses en varios países del mundo.
Así lo indicó el jefe de la diplomacia estadounidense al anunciar un nuevo director del grupo de trabajo especial del Departamento de Estado, Jonathan Moore, quien coordinará la investigación de estos incidentes, cuyos últimos casos reportados se han producido en la embajada de Estados Unidos en Colombia.
“Estos incidentes de salud anómalos han dejado a nuestros colegas con profundos daños. No cejaremos hasta descubrir quién y qué son responsables”, afirmó Blinken en una comparecencia en el Departamento de Estado, en la que utilizó la forma oficial de referirse a estos sucesos.
Blinken instó a los funcionarios y familiares a informar acerca de estos “ataques” para facilitar la investigación, y señaló que se había reunido ya con varios de ellos.
El “síndrome de La Habana”, cuyo origen se desconoce, provoca síntomas similares a los de lesiones cerebrales, mareos, dolores de cabeza y falta de capacidad de concentración.
“Haremos todo lo absolutamente posible para acabar con estos incidentes tan pronto como sea posible”, agregó.
Aunque no ofreció detalles al respecto, Blinken señaló que el Departamento de Estado está trabajando con “nuevas tecnologías” para “evaluar con mayor rapidez y exactitud una variedad de causas potenciales de estos incidentes”.
A comienzos de octubre, el presidente estadounidense, Joe Biden, firmó una legislación bautizada como “Ley de La Habana”, que establece que el Gobierno de Estados Unidos tiene la obligación de ayudar a quienes han sufrido esos misteriosos “ataques”.
Las víctimas llevan años pidiendo más ayuda al Gobierno estadounidense, primero al de Donald Trump (2017-2021) y luego al del propio Biden.
Más de 200 diplomáticos y familiares estadounidenses destinados a diferentes países han padecido síntomas del llamado “síndrome de la Habana”.
El origen y el responsable de estos misteriosos “ataques” aún se desconoce, aunque algunos expertos apuntan que podría haberse usado energía de radiofrecuencia.
Además de en Cuba, donde se detectaron los primeros casos en el 2016 y 2017, ha habido incidentes similares en China, Austria, Alemania e incluso en Washington.
Trump acusó en el 2017 al Gobierno de Cuba de ser responsable de lo que las autoridades estadounidenses calificaron entonces como “ataques acústicos” o “sónicos”, lo que sirvió como pretexto al entonces mandatario para romper con el deshielo diplomático con la isla.
Un informe interno dado a conocer a principios de este año reveló que Trump acusó a La Habana sin pruebas, y que la mala gestión y la falta de coordinación dominaron su respuesta a esos supuestos “ataques”.
Biden, por el momento, ha evitado señalar públicamente a ningún país y su Gobierno sigue investigando el origen de esos incidentes.