A más de dos años de las elecciones presidenciales, empieza a tomar forma una contienda entre al menos tres feroces detractores de Donald Trump deseosos de ofrecerse como el candidato antitrumpista a la nominación presidencial del Partido Republicano.
Su aparente disposición a postularse, incluso si Trump lo hace, como se espera, representa un cambio respecto al pasado reciente, en que le movimiento antitrumpista no logró reclutar figura de peso alguna para los comicios del 2020.
Esta vez, el interrogante no es si le surgirá un rival a Trump dentro del Partido Republicano, sino más bien cuántos serán y cuándo lanzarán sus candidaturas.
Allegados a Cheney, Hogan y Kinzinger esperan que al menos uno de ellos, si no más, anuncie su postulación después de los comicios de mitad de término de noviembre.
Su objetivo podría no ser necesariamente llegar a la presidencia, sino impedir un retorno de Trump a la Casa Blanca.
En el 2020, cuando Trump buscó la reelección, sus aliados despejaron el camino y el expresidente no tuvo oposición dentro del Partido Republicano, que incluso canceló las primarias en algunos estados.
Postularse a la nominación republicana “es una posibilidad, aunque no necesariamente como parte de un gran proyecto para llegar a la Casa Blanca”, declaró Kinzinger a la Associated Press. “Hay que preguntarse si hay alguien que represente la importancia de defender este país, la democracia y lo que significa Estados Unidos”.
“En aproximadamente un año habrá que tomar una decisión. Si no soy yo el que hace algo, seguramente todos apoyaremos a alguien que nos pueda representar”, agregó Kinzinger, aludiendo al movimiento antitrumpista.
Se espera que los republicanos tengan otras opciones en las primarias.
Varias figuras leales a Trump que también lo han criticado contemplan una postulación. Entre ellos el exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, el exvicepresidente Mike Pence, el gobernador de la Florida, Ron DeSantis, y la exembajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley.
La mayoría de ellos, no obstante, han bañado a Trump con más elogios que críticas y figuras como Cheney, Hogan y Kinzinger serían los únicos antagonistas con una consistente postura antitrumpista.
La cantidad de posibles alternativas podría ser un indicio de que los republicanos están contemplando dar vuelta la página y dejar atrás la etapa trumpista, con sus políticas divisivas, por más que muchos quieran que el magnate se postule por tercera vez.
Unos siete de cada diez republicanos dicen que Trump debería volver a postularse y que es el candidato con mejores perspectivas de ganar las elecciones, según una encuesta de CBS del mes pasado.
“Tal vez tengamos que volver a postularnos”, expresó Trump en un acto ante miles de partidarios el sábado a la noche en Carolina del Sur, dejando en claro sus intenciones.
Trump es la figura más popular entre los votantes republicanos y tratará de inclinar el partido todavía más en su favor en las elecciones de noviembre. Estuvo en Carolina del Sur, por ejemplo, para apoyar a candidatos que se oponen a dos representantes que lo criticaron y que buscan la reelección.
Personas cercanas a Cheney, Hogan y Kinzinger dicen que hay mucha gente que quiere dar por superada la etapa trumpista del Partido Republicano, sobre todo desde la toma del Congreso del 6 de enero del 2021 por parte de una turba trumpista. Después de todo, diez representantes republicanos votaron a favor de hacerle un juicio político a Trump y posteriormente siete senadores votaron a favor de condenarlo.
“Hay un enorme sector de republicanos y de estadounidenses de todas las tendencias que están hartos de la política tóxica y quieren tomar una nueva dirección”, manifestó Hogan a la AP.
Por ahora, Cheney, Hogan y Kinzinger están en contacto frecuente y no hay animosidad alguna entre ellos.
El jefe del bloque republicano del Senado, Mitch McConnell, quería que Logan se postulase al Senado este año, pero el gobernador desistió de hacerlo. Kinzinger, uno de los diez republicanos que votó a favor de un juicio político a Trump, no se postuló para la reelección después de una redistribución de distritos electorales que lo perjudicó; en tanto que Cheney, que también votó a favor del juicio político, buscará la reelección, aunque no está claro si podrá salir airosa en las primarias de agosto.
Trump quiere arrebatarle la banca y dejarla en manos de un partidario suyo.
La hija del exvicepresidente, Dick Chaney, es probablemente la figura antitrumpista de mayor proyección nacional. Cheney, de 55 años, cuenta con una buena maquinaria recaudadora de fondos para su campaña, como lo demuestra el hecho de que recaudó US$ 7.1 millones en el 2021, más que la mayoría de sus correligionarios.
Hogan y Kinzinger están apoyando abiertamente a candidatos antitrumpistas del Partido Republicano. Kinzinger incluso dijo el mes pasado que alentará a demócratas e independientes a que voten en las primarias republicanas en contra de los candidatos trumpistas.