La crisis climática ya le cuesta unos US$ 150,000 millones anuales a la economía de Estados Unidos, según el último informe gubernamental sobre su impacto en el país, publicado este martes.
“En 1980, el país experimentaba, de media, un desastre (climático) de mil millones de dólares (ajustados por la inflación) cada cuatro meses. Ahora, hay uno cada tres semanas”, se puede leer en el quinto Reporte Nacional del Clima.
Es la primera vez que el informe, que se realiza al menos una vez cada cuatro años desde la década de los noventa, incluye un capítulo sobre el impacto económico de la crisis climática.
Entre 2018 y 2022, hubo 89 desastres naturales cuyos costes superaron los US$ 1,000 millones, incluidas cuatro sequías, seis inundaciones, 52 tormentas severas, 18 ciclones tropicales, cinco incendios forestales y cuatro tormentas de nieve.
Los estados más afectados fueron Florida, Texas, California y Carolina del Norte, según el informe.
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“El Reporte Nacional del Clima no puede ser más claro. El cambio climático afecta todos los aspectos de nuestras vidas y para las comunidades de color es particularmente preocupante porque aumenta las desigualdades sociales y económicas”, dijo Antonieta Cadiz, directora ejecutiva adjunta de Climate Power En Acción.
Cadiz mostró optimismo, sin embargo, por las políticas de inversión en energías limpias que ha aprobado el Gobierno estadounidense durante la Presidencia de Joe Biden, como la Ley de Reducción de la Inflación, que están “expandiendo las fuentes de energía limpia necesarias para enfrentar la crisis climática”.
“Solo este tipo de progreso climático garantizará un futuro habitable para nuestros hijos”, aseguró.
En un comunicado, el Gobierno estadounidense anunció hoy nuevas inversiones por valor de US$ 6,000 millones para reforzar la resiliencia de las ciudades del país ante los desastres medioambientales.
Entre las inversiones hay programas para reforzar la red eléctrica, para combatir las inundaciones o subsidios para proyectos de energía limpia, entre otros.
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El informe gubernamental llega el mismo día en que la agencia climática de la ONU avisa de que los países van a un ritmo demasiado lento en su lucha contra la crisis climática como para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París: limitar el aumento de la temperatura global a 1.5°C por encima de los niveles preindustriales.
El planeta ya es al menos 1.1°C más cálido que hace 150 años, pero a partir del umbral de 1.5°C, la mayoría de científicos estima que los desastres medioambientales, como las olas de calor extremas o las inundaciones, se volverán mucho más intensos y comunes.
La ONU cree que todavía no es demasiado tarde para alcanzar el objetivo, y por eso ha urgido a los gobiernos, y en especial a los países más ricos y contaminantes, a que se comprometan a adoptar políticas mucho más ambiciosas contra la quema de combustibles fósiles, que es la principal causa del calentamiento global.
Ese será su principal mensaje durante la COP28, que se celebrará en Dubái a partir del 30 de noviembre.
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