Estados Unidos sigue sin estar preparado para las principales amenazas de salud pandémicas, dijo al Congreso el director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), citando importantes deficiencias reveladas por el coronavirus en la capacidad de las autoridades estatales, locales y federales para detectar y rastrear enfermedades y desarrollar contramedidas.
El Congreso debería invertir más dinero en salud pública, modernización de datos y rastreo de contactos, indicó Robert Redfield, director de los CDC, a legisladores de la Cámara el jueves.
“Creen que no estábamos preparados para esto, esperen hasta que tengamos una amenaza global real para nuestra seguridad sanitaria”, dijo Redfield en una audiencia del Comité de Asignaciones de la Cámara de Representantes, el panel que lidera la financiación del Congreso a agencias gubernamentales.
Los CDC han sido considerados una de las agencias de salud más importantes del mundo y han sido un modelo para otros países que crean organizaciones similares. Pero la agencia ha sido criticada por reaccionar lentamente al coronavirus, que ha infectado a más de 1.86 millones de estadounidenses y cobrado la vida de al menos 107,000.
Si bien la agencia desarrolló rápidamente una prueba, tuvo problemas significativos para implementarla en todo el país y luego se alejó en gran medida de la respuesta pública de la administración Trump al virus.
En su testimonio, Redfield dijo que la agencia está teniendo dificultades para rastrear el impacto del coronavirus en los estadounidenses de raza negra, lo que hace que la modernización de los datos sea crucial. Algunos estados todavía están recolectando datos “con bolígrafo y lápiz”, dijo.
“Los datos son el mapa vial. Es fundamentalmente el primer paso clave que debemos dar para abordar las disparidades de salud”, dijo Redfield.
Estados Unidos anunció el jueves que requerirá laboratorios de prueba para recopilar datos de código postal y datos demográficos, incluyendo raza, etnia, sexo y edad.
Los CDC financian hasta 70% de los esfuerzos estatales y locales de salud pública, comentó Redfield. Pero se necesitan nuevas inversiones significativas de preparación, además de los esfuerzos básicos para responder a la pandemia de coronavirus.
“Es necesario aumentarlo”, dijo Redfield. “El costo de nada no es nada. Ahora es el momento de actuar y obtener esa inversión”.
Citó a los laboratorios locales como un área clave. Si bien el laboratorio estatal de Nueva York pudo desarrollar sus propias pruebas, otros estados no lo han hecho. Redfield también dijo que los estados necesitaban contratar entre 30,000 y 100,000 rastreadores de contactos para setiembre y así hacer seguimiento a los nuevos casos de COVID-19.
Redfield también dijo que los tapabocas y los artículos para cubrir el rostro siguen siendo una herramienta importante para detener la propagación de COVID-19.
“Seguimos considerando que es una herramienta esencial de salud pública”, dijo Redfield. Respondiendo a preguntas sobre grandes grupos públicos de personas sin tapabocas, dijo que “obviamente estamos muy preocupados de que nuestro mensaje de salud pública no resuene”.
Cuando se le preguntó si los CDC recomendaron a la Casa Blanca que no se utilizaran gases lacrimógenos en las manifestaciones del país, ya que la tos puede propagar el coronavirus, Redfield dijo: “Hemos abogado firmemente por la capacidad de tener tapabocas y recubrimientos faciales a disposición de los manifestantes”.
Cuando se le presionó sobre los gases lacrimógenos, agregó: “Transmitiré este comentario en la próxima reunión del grupo de trabajo”.