Cuando la industria del etanol de Estados Unidos atravesaba por un auge, el agricultor Paul Hodgen de Indiana ganaba un buen dinero al vender cerca de un cuarto de su cosecha a una instalación que producía combustible a base de maíz.
Ahora esa planta dejó de producir etanol y se ha convertido en un almacén de granos, Hodgen aún le vende maíz, pero a una fracción del precio.
"Estamos sufriendo por la demanda", dijo Hodgen, quien tiene 40 años y cuatro hijos.
Los problemas de Hodgen reflejan las crecientes dificultades que enfrentan los agricultores de maíz de Estados Unidos debido a que la crisis de la industria del etanol ha golpeado al mercado del cereal, sumándose a la incertidumbre que los productores ya enfrentan por el mal tiempo y la guerra comercial entre Washington y Pekín.
Unas 13 plantas de etanol han cerrado desde noviembre del 2018, cerca de 4.4% de la capacidad del país, en un declive que la industria del biocombustible atribuye a que el gobierno de Trump ha otorgado más exenciones a las refinerías sobre el uso de etanol en gasolina. Varias plantas de etanol han reducido temporalmente su producción en ese lapso.
El tema podría poner a prueba el apoyo al presidente Donald Trump en el Cinturón Agrícola en la elección del próximo año: productores que en gran medida han perdonado al gobierno por los nefastos impactos de la guerra comercial son menos clementes en lo relativo a la política sobre biocombustibles.
"Eso realmente se sintió como una traición", dijo Hodgen.
Jeff Gormong, otro agricultor de Indiana, comentó que "todos sabíamos que había que lidiar con China. Dolió, pero debía hacerse. Las exenciones a las pequeñas refinerías están beneficiando a la industria petrolera a costa de la industria agrícola".
Bajo el estándar de combustible renovable (RFS, por su sigla en inglés), las refinerías están obligadas a mezclar unos 15,000 millones de galones de etanol en su gasolina cada año, pero las pequeñas instalaciones pueden ser eximidas si cumplir la norma las perjudica financieramente.
La Agencia de Protección Ambiental del gobierno de Trump, que administra el RFS, ha entregado casi cuatro veces más exenciones a refinerías pequeñas que durante la gestión de Obama.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos estima que en el año comercial 2019/2020 se necesitarán 5,375 millones de bushels de maíz para producir etanol, una baja de 230 millones de bushel respecto a hace dos años, cuando el maíz utilizado alcanzó un máximo de 5,605 millones de bushels.