La llamada salió de la oficina de recursos humanos de Morgan Stanley el lunes por la noche: dos empleados vacunados estaban contagiados de COVID-19, y el resto de los trabajadores del piso 14 de la sede de la empresa en Times Square no podrían regresar hasta que el área lograra ser sanitizada.
Sin embargo, algunos miembros del personal no recibieron el mensaje y se presentaron el martes por la mañana de todos modos. Otros preguntaron si la empresa comenzaría a exigir cubrebocas. Por ahora, la respuesta es que no. Después de todo, para poder entrar al edificio tienen que estar completamente vacunados.
El episodio, descrito por una persona familiarizada con el asunto, muestra el remolino de confusión que surge en Wall Street al tiempo que los bancos convocan a que los empleados regresen a sus sedes en medio de la propagación de la variante delta de covid altamente transmisible. A medida que la mutación muestra su capacidad para saltar entre personas vacunadas, los ejecutivos luchan por calibrar las respuestas. En una industria que ya estaba dividida al regresar al trabajo, las políticas divergen hoy más que nunca.
Tal como está ahora, Goldman Sachs Group Inc. y JPMorgan Chase & Co., los más acérrimos defensores del rescate de los rascacielos, se han aferrado en gran medida a sus planes anteriores después de exigir a los empleados que regresen a trabajar a las oficinas la mayor parte del tiempo. Por otro lado, Morgan Stanley se muestra mucho más cauteloso al exigir que solo los trabajadores vacunados ingresen a las oficinas, además que se abstiene de establecer una fecha límite para el regreso.
Las fracturas reflejan dos puntos de vista. Algunos encuentran pocas razones para regresar de forma tan inmediata a las oficinas después de que los habitantes de Wall Street demostraron que pueden obtener grandes ganancias trabajando desde casa. Pero, por otro lado, también hay ansiedad en los rangos superiores de que los operadores y negociadores, famosos por la interacción entre filas de escritorios y un apetito interminable por reuniones, no pueden hacer su trabajo de forma remota para siempre.
“Esta es una industria donde la magia y la energía ocurren en la oficina, ocurre en el piso de operaciones, ocurre en ese contacto con los clientes”, dijo Rose Gailey, socia y líder global para la aceleración de la organización y la conformación de la cultura en Heidrick & Struggles. “Este es uno de esos momentos decisivos para los directores ejecutivos. Ciertamente no la tienen fácil”.