Agentes federales realizaron operaciones de allanamiento el lunes a propiedades de Sean “Diddy” Combs en Los Ángeles y en Miami, en momentos en que el rapero enfrenta una serie de demandas por tráfico sexual y acoso.
Decenas de agentes del federal Departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), fuertemente armados, irrumpieron en la lujosa mansión del músico estadounidense en el exclusivo vecindario Holmby Hills, en Los Ángeles.
Tomas aéreas de medios locales capturaron el enorme despliegue de las fuerzas federales en la suntuosa propiedad poco después del mediodía, con las patrullas y camiones oficiales contrastando con los vehículos de lujo estacionados en la mansión.
Otras imágenes mostraron la incursión por agua y tierra en su propiedad en Miami.
“Más temprano, el Departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional (de) Nueva York ejecutó acciones legales como parte de una investigación activa, con asistencia de HSI Los Ángeles, HSI Miami y nuestros colaboradores locales”, confirmó el despacho a la AFP.
El motivo de la investigación no fue informado.
De acuerdo con TMZ, el rapero se encontraba en Nueva York a la hora de los allanamientos.
Combs, de 54 años, es blanco de varias demandas en la esfera civil por acusaciones de índole sexual.
Conocido como Puff Daddy o Diddy, las denuncias muestran al rapero, rostro del hip-hop estadounidense y con una fortuna valorada por Forbes en mil millones de dólares, como un violento depredador sexual, que utilizaba el alcohol y las drogas para someter a sus víctimas.
Una de las primeras demandas contra el músico surgió de su exnovia Casandra Ventura, quien lo acusó de forzarla a tener relaciones sexuales con varios hombres durante años. La demanda argumentaba que por sus características, el caso podía tratarse de tráfico sexual.
“Esperemos que éste sea el comienzo de un proceso que responsabilice al Sr. Combs de su depravada conducta”, dijo Douglas Wigdor, abogado de Ventura y de otra mujer que demandó a Combs, este lunes en un comunicado a la AFP.
Varias de las demandas fueron introducidas bajo una ley temporal promulgada en Nueva York que permite a las víctimas de agresiones ya prescritas denunciar a sus agresores.
Combs niega las acusaciones. “No hice ninguna de las horribles cosas de las que se me acusa”, dijo el rapero en un comunicado en sus redes en diciembre.