El año pasado, el crecimiento de Ucrania fue sin embargo de 3.2%, impulsado por la demanda interna y las exportaciones. (Foto: istock)
El año pasado, el crecimiento de Ucrania fue sin embargo de 3.2%, impulsado por la demanda interna y las exportaciones. (Foto: istock)

El gobierno ucraniano se mantiene funcional, el sistema bancario estable y la deuda viable a corto plazo, pero la guerra provocada por Rusia hunde a Ucrania en una recesión sin precedentes. El conflicto también pone en peligro la seguridad alimentaria mundial, advirtió el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Como mínimo”, el Producto Bruto Interno (PBI) ucraniano se contraerá en torno a un 10% en el 2022 suponiendo una “resolución rápida” del conflicto y gracias a una ayuda internacional “sustancial”, según una primera estimación del FMI.

La incertidumbre que rodea a estas proyecciones es “enorme”, subraya la institución. Y, si el conflicto se estancara, según la historia de las guerras pasadas en Líbano, Irak, Siria o Yemen, el PBI de Ucrania podría caer entre un 25% y 35%, mucho más que la contracción de 10% registrada en el 2015 en el contexto de la guerra de Crimea.

El año pasado, el crecimiento de Ucrania fue sin embargo de 3.2%, impulsado por la demanda interna y las exportaciones.

Pero desde la invasión del país por parte del ejército ruso el 24 de febrero, “la economía ucraniana ha cambiado radicalmente”, subrayó Vladyslav Rashkovan, director ejecutivo del FMI en representación de Ucrania en una declaración al FMI fechada el 9 de marzo y publicada este lunes.

“Hasta el 6 de marzo, 202 escuelas, 34 hospitales, más de 1,500 viviendas, incluidos edificios, decenas de kilómetros de carreteras e innumerables infraestructuras críticas en varias ciudades ucranianas han sido total o parcialmente destruidas por las tropas rusas”, describe sobre la base de información proporcionada por el gobierno ucraniano.

Los aeropuertos y puertos marítimos han sido cerrados debido a la “destrucción masiva”.

Y desde el 6 de marzo, hubo más destrucción de infraestructura. El 10 de marzo, Oleg Ustenko, asesor económico del presidente ucraniano, dio una primera estimación de los daños: US$ 100,000 millones.

“La guerra en Ucrania, el hambre en África”

A pesar de los extensos daños, el gobierno y el país han seguido funcionando hasta ahora. “Los bancos están abiertos, incluso funcionan los fines de semana”, señaló Rashkovan al FMI el 9 de marzo.

El FMI estima que, en el corto plazo, la sostenibilidad de la deuda ucraniana “no parece estar amenazada”.

“Los datos preliminares mostraron que, a partir del 1 de marzo del 2022, las reservas internacionales de Ucrania ascendían a US$ 27,500 millones una cantidad suficiente para que Ucrania cumpla con sus compromisos”, detalló Rashkovan.

Más allá de las pérdidas humanas y económicas, el FMI está preocupado por las consecuencias en todo el mundo.

En menos de tres semanas de conflicto, los precios de la energía y de las materias primas, incluyendo las agrícolas, se han disparado. Para una materia prima agrícola como el trigo, los efectos podrían ser aún más dramáticos, advierte la institución multilateral con sede en Washington.

“Las perturbaciones en la temporada agrícola de primavera (boreal) podrían obstaculizar las exportaciones, así como el crecimiento y poner en peligro la seguridad alimentaria mundial”, señalan los autores del informe.

Esto se debe a que Ucrania, el “granero de Europa”, y Rusia, se encuentran entre los mayores exportadores de trigo del mundo. Entre ambos concentran alrededor de un tercio del comercio mundial del cereal. La mayor parte del trigo ucraniano se exporta en el verano y otoño del hemisferio norte.

Cuanto más dure la guerra, más exportaciones se verán comprometidas, con un impacto en las reservas actuales y futuras.

“Las interrupciones en las exportaciones en el Mar Negro tienen efectos inmediatos para países como Egipto, que dependen en gran medida de las importaciones de cereales de Rusia y Ucrania”, señaló el Programa Mundial de Alimentos (PMA) en un informe publicado el viernes.

Y más allá de los países que reciben cereales del Mar Negro, “aquellos que dependen en gran medida de las importaciones de cereales están en primera línea” de riesgo, ya que los precios internos de los alimentos suben, como consecuencia del aumento de los precios en los mercados mundiales, añade la agencia de ayuda alimentaria de las Naciones Unidas.

El impacto será fuerte en países como Afganistán, Etiopía, Siria y Yemen “por su dependencia del trigo”, advierte.

“La guerra en Ucrania significa hambre en África”, lamentó Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI, en CBS News el domingo.