El CEO de la petrolera Shell, Ben van Beurden, llamó el martes en una conferencia sectorial en Londres a aumentar los impuestos a las empresas energéticas para proteger a los más desfavorecidos frente a la crisis energética.
“No podemos tener un mercado que se comporte de esta manera (...) que vaya a infligir daños a una parte importante de la sociedad”, afirmó durante una sesión de preguntas en la conferencia Energy Intelligence Forum, que se celebra durante tres días en la capital británica.
“De alguna manera tiene que haber una intervención gubernamental que se traduzca (...) en la protección de los más pobres y eso probablemente signifique que los gobiernos tienen que cobrar impuestos a los presentes”, afirmó.
“Creo que tenemos que aceptar esa realidad social”, insistió Van Beurden, que dejará el cargo a finales de este año, añadiendo sin embargo que esto “puede hacerse de forma inteligente o no”, sin dar más detalles.
Los beneficios de las empresas petroleras y gasísticas se han disparado desde el estallido de la guerra en Ucrania, a raíz de los altos precios de los hidrocarburos.
Los pesos pesados del sector se habían opuesto a un impuesto especial introducido por el anterior ministro de Finanzas británico, que el nuevo gobierno conservador de Liz Truss aseguró que no prorrogará.
En opinión de Susannah Streeter, analista de Hargreaves Lansdown, los comentarios del directivo de Shell “abren la puerta a un impuesto especial” sobre los beneficios del petróleo y el gas, en un contexto de acalorado debate político sobre los “superbeneficios” del sector en Europa.
Los beneficios de Shell se duplicaron en el último trimestre hasta alcanzar los 18,000 millones de libras (US$ 20,000 millones).
Las declaraciones de Ben van Beurden aparecen como “un apoyo general a los planes europeos de gravar los beneficios de las empresas” para ayudar a pagar los planes gubernamentales de apoyo a la energía”, subrayó Streeter.
Por su parte, la oenegé Greenpeace se preguntó, cuando hasta el consejero delegado de Shell “apoya un impuesto especial, qué hará falta para que el gobierno británico” adopte uno, a pesar de que dicho gravamen ayudaría a financiar las ayudas públicas británicas a las facturas energéticas, estimadas en 60.000 millones de libras para los primeros seis meses.
Con información de AFP