Adorada por unos, rechazada por otros, la conservadora Margaret Thatcher moría hace una década en el hotel Ritz de Londres, 23 años después de haber dejado el Gobierno del Reino Unido, que manejó con una firmeza que rozaba el autoritarismo.
Thatcher, fallecida el 8 de abril de 2013 a los 87 años, fue la primera mujer en acceder al puesto más alto de la política británica -el 4 de mayo de 1979-. Años después le seguirían otras dos mujeres, Theresa May (2016-19) y Liz Truss (2022), también “tories”.
El gran paso en política lo dio en 1959 cuando entró en el Parlamento británico de Westminster como diputada por la circunscripción de Finchley, en el norte de Londres, pero a la sombra de una clase dirigente dominada entonces por hombres.
Sus once años en el poder fueron intensos, tanto en política nacional como internacional. Thatcher marcó el camino que dieron los conservadores años después hacia el Brexit, al plantarse una y otra vez ante la entonces Comunidad Económica Europea (CEE) cuando le tocó defender los intereses británicos.
Crisis económica en 1979
Al llegar al Ejecutivo, encontró un país en crisis por la difícil situación económica y las continuas huelgas, pero la ex primer ministra se atrevió a todo al lidiar con medidas transformadoras, desde la casi destrucción de los sindicatos, la ola de privatizaciones -el teléfono, el gas o los ferrocarriles-, hasta una guerra contra Argentina por la posesión de las islas Malvinas (1982).
Con su política económica neoliberal y la flexibilidad laboral, que provocaron un aumento del desempleo, surgió toda una generación de jóvenes “tories” que la siguieron hasta el punto de la adoración.
A Thatcher se la conocía como la “dama de hierro”, llamada así por los medios de la extinta Unión Soviética por su profunda oposición al comunismo.
De la puerta para adentro, su situación personal fue difícil cuando sus hijos gemelos, Mark y Carol, eran pequeños, ya que se enfrentaba a sus enormes ambiciones personales y sus responsabilidades familiares, según afirmó a EFE su biógrafo, Charles Moore, en 2013.
Thatcher “no era fría, pero no sabía cómo jugar con los niños pequeños” y solo podía estar con ellos si el tiempo era estructurado porque “siempre estaba trabajando”, dijo Moore.
La política nació el 13 de octubre de 1925 en Grantham (norte de Inglaterra), en el seno de una familia de ingresos modestos ya que su padre era propietario de dos tiendas de comestibles.
El tesón para el estudio le permitió a Thatcher entrar en una escuela secundaria pública selectiva -”grammar school”- y más tarde entró en la Universidad de Oxford, donde estudió Química.
Después se daría cuenta de que su pasión era la política, por lo que estudió Derecho y se licenció como abogada.
Líder del partido conservador
Con la victoria del “tory” Edward Heath en 1970, Thatcher se encargó de la cartera de Educación, pero cuando los conservadores perdieron las elecciones generales en 1974, desafió ese liderazgo y, para sorpresa de muchos, salió victoriosa.
Desde entonces, su carrera al 10 de Downing Street, residencia de los primeros ministros, fue meteórica al ganar los comicios de 1979. La euforia inicial por su llegada al poder se transformó pronto en frustración, a tal punto que los sondeos presagiaban la derrota de Thatcher en las generales de 1983.
Guerra de las malvinas:
Sin embargo, la inesperada ocupación de las Malvinas por parte de los militares argentinos el 2 de abril de 1982 cambió el rumbo de la historia. La victoria de los británicos en junio de ese año selló el destino de Thatcher, que ganó las generales un año después.
Con ese triunfo vendrían tiempos duros para Thatcher, al afrontar la campaña terrorista del Ejército Republicano Irlandés (IRA), que exigía la retirada británica de Irlanda del Norte y la unificación de la provincia con la República de Irlanda.
Sus años en el poder también estuvieron marcados por su fuerte alianza con el expresidente republicano de EEUU Ronald Reagan y su buena relación con el reformador soviético Mijail Gorbachov.
Pero el declive de Thatcher llegó a finales de los pasados años 80 con su impopular “poll-tax”, un impuesto municipal cuyo impago se castigaba con la negación del derecho al voto, además de su continua intransigencia sobre la integración europea.
Thatcher se vio obligada a dimitir el 28 de noviembre de 1990 a raíz de una revuelta interna de su formación.
Fuente: EFE
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