El COVID-19 sofocará las celebraciones de Año Nuevo en todo el mundo por segundo año consecutivo, ya que gobiernos de muchos países han recortado los tiempos y aforos de las festividades en un esfuerzo por contener una ola desenfrenada de contagios.
Las infecciones mundiales por coronavirus alcanzaron un récord en los últimos siete días, con casi un millón de casos detectados en promedio cada día entre el 23 y el 29 de diciembre, unos 100,000 más que el máximo anterior develado el miércoles, según datos de Reuters.
Numerosas naciones registraron máximos históricos de casos durante las 24 horas anteriores, incluidos Argentina, Australia, Bolivia, Estados Unidos, Francia e Italia, mientras la variante ómicron del coronavirus se expande velozmente.
Aunque los estudios han sugerido que es menos mortal que algunas variantes anteriores, muchas autoridades sanitarias prefieren no arriesgarse y dijeron a las personas que la mejor forma de celebrar la llegada del 2022 era en casa y con muy pocos invitados, preferiblemente todos vacunados.
En Europa, donde casi un millón de personas han muerto de coronavirus en los últimos 12 meses, los conciertos tradicionales y los espectáculos de fuegos artificiales se cancelaron en la mayoría de las ciudades importantes, incluidas Londres, París, Zúrich, Bruselas, Varsovia y Roma.
Las autoridades indias comenzaron a imponer reglas estrictas el jueves para evitar reuniones masivas, con toques de queda nocturnos en todas las principales ciudades y restaurantes bajo órdenes de limitar los clientes.
“Se está viendo que las reuniones sociales se llevan a cabo de manera irrestricta con personas que desobedecen todas las normas de distanciamiento social”, dijo Rajesh Tope, ministro de salud del estado occidental de Maharashtra, del cual Mumbai es la capital.
Cancelaciones masivas
A principios de esta semana, el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, instó a las personas a reconsiderar los planes de fiestas. “Es mejor cancelar ahora y celebrar más tarde, que celebrar ahora y llorar más tarde”, dijo.
Sin embargo, a pesar de los casos en aumento, algunos lugares siguen avanzando con sus planes de eventos, incluida Sídney, la primera ciudad importante en marcar el comienzo del Año Nuevo, que exhibe espectaculares fuegos artificiales sobre la Ópera y el Puente Harbour.
El año pasado, el Gobierno prohibió que las multitudes asistieran a los fuegos artificiales, cuando el número de casos estaba por debajo de los 100, en comparación con las más de 12,000 nuevas infecciones reportadas el jueves.
Del mismo modo, Nueva York dijo que celebraría su fiesta en Times Square, aunque en una versión reducida, con mucha menos gente a la que se le permitirá ver cómo una icónica y gigantesca bola cae por un poste para marcar la llegada del 2022.
El experto estadounidense de enfermedades infecciosas, el doctor Anthony Fauci, afirmó el miércoles que las reuniones familiares en las que todos fueron vacunados deberían realizarse sin problemas, pero advirtió que las fiestas a gran escala siguen siendo demasiado peligrosas.