Empleados comenzaron el domingo a empacar para su envío la segunda vacuna contra el COVID-19 autorizada en Estados Unidos, la de Moderna Inc., un impulso muy necesitado para los intentos de controlar la pandemia del coronavirus.
Los empleados de una fábrica en el área de Memphis metían en cajas la vacuna desarrollada por Moderna Inc. y los Institutos Nacionales de la Salud. Se anticipa que se comenzarán a aplicar el lunes las muy necesitadas vacunas, sólo tres días después de que la Administración de Alimentos y Medicamentos autorizara su distribución por uso de emergencia.
La tarde del domingo, un comité de expertos debatirá quiénes serán los próximos en recibir las primeras dosis de la vacuna Moderna y una similar desarrollada por Pfizer Inc. y la farmacéutica alemana BioNTech. Las vacunas de Pfizer se enviaron hace una semana y se comenzaron a aplicar al día siguiente, lo que dio inicio a la campaña de vacunación más grande del país.
Expertos en salud pública dicen que las vacunas, y otras en desarrollo, son la única forma de contener al virus que se ha propagado incontrolablemente. A nivel nacional, más de 219,000 personas al día en promedio dan positivo al virus, que ha matado a más de 314,000 personas en Estados Unidos y casi 1.7 millones a nivel mundial.
Las vacunas de Pfizer y Moderna enviadas hasta el momento y las que se enviarán en las próximas semanas serán casi en su totalidad para trabajadores de salud y residentes de albergues de ancianos, basado en la asesoría de la Comisión Asesora de Prácticas de Vacunación.
El panel se reúne el domingo para debatir quién recibirá las dosis disponibles después de aplicar las primeras.
No habrá suficientes vacunas para la población en general hasta la primavera, así que las dosis serán racionadas por lo menos durante los siguientes meses.
Los miembros del panel se inclinan hacia los “trabajadores esenciales” para que sean los próximos en ser vacunados porque personas como conductores de autobuses, dependientes de supermercados y otros son los que se infectan con más frecuencia.
Sin embargo, otros expertos consideran que las personas de 65 años y más deben ser los próximos, junto con personas con ciertos padecimientos, ya que son los estadounidenses que más mueren.