Por Eli Lake
La pandemia de Covid-19 ha acaparado la atención de Estados Unidos hacia el interior. La política de EE.UU. se concentra en alivio económico, salud pública y planes de reapertura.
Normalmente, tal miopía degradaría la posición de EE.UU. en el mundo, pero eso no está sucediendo, en gran parte porque muchos adversarios estadounidenses también están lidiando con sus propios conflictos.
En una sesión informativa en línea de la Institución Hoover en California el jueves, el segundo asesor de seguridad nacional del presidente Donald Trump, H.R. McMaster, señaló los muchos desafíos que el virus presenta para los rivales estadounidenses.
McMaster pronosticó que el presidente ruso, Vladimir Putin, será culpado por su gente y las élites por la caída de los precios mundiales del petróleo debido al papel de Rusia en el aumento de la producción en febrero y marzo. El sistema de salud pública de Rusia probablemente no tiene la capacidad de manejar la cantidad de infecciones que la población posiblemente sufrirá, agregó.
En Irán, dijo McMaster, los líderes continuarán viviendo una grave crisis de legitimidad. Antes de la pandemia, iraníes de todo el país participaban en manifestaciones y ataques regulares contra el régimen y la amplia corrupción de las élites. Luego, la “servil relación” de Irán con Pekín le impidió prohibir viajes desde China a medida que el virus se propagaba, dijo, lo que disparó el brote de Irán, uno de los más graves del mundo.
Entretanto, China ha reportado la primera contracción de su economía en 28 años, reconociendo una asombrosa caída de 6.8% en el PBI en el primer trimestre del 2020.
McMaster indicó que esto socava la promesa del Partido Comunista a su propia población de una recuperación económica. Además, Europa y EE.UU. ya han comenzado a desacoplar su infraestructura e industrias críticas de China.
Rivales más pequeños de EE.UU., como Venezuela, también están sufriendo. Con el precio del petróleo por el piso, el régimen de Nicolás Maduro pronto se quedará sin los ingresos que necesita para mantener la lealtad de sus élites.
Por supuesto, como ha observado mi colega de Bloomberg Opinion, Hal Brands, continúan las habituales competencias y rivalidades de las relaciones internacionales.
Irán acaba de completar con éxito el lanzamiento, desde una plataforma móvil, de un satélite al espacio. Con esto demuestra que ha dominado la tecnología de misiles de largo rango que pueden amenazar a la región y a Europa.
Las cañoneras de Irán acosan cada vez más a buques de guerra estadounidenses en el Golfo Pérsico, y las milicias iraquíes que Irán apoya en Irak han intensificado los ataques contra EE.UU. y sus aliados.
Un panel de expertos de la ONU concluyó este mes que el programa nuclear y de misiles balísticos de Corea del Norte ha seguido avanzando pese a las sanciones de la ONU.
China ha lanzado una campaña de desinformación, alegando falsamente que el virus que se detectó por primera vez en la provincia de Wuhan es en realidad una arma biológica desarrollada en EE.UU. Propagandistas rusos e iraníes también han difundido esta mentira, según un informe de la Unión Europea.
En cierta manera este tipo de provocaciones era de esperar. Los tiranos siempre necesitan entrar en conflicto con un enemigo externo para evitar que la atención se enfoque en su propio Gobierno, y EE.UU. siempre ha utilizado esta herramienta.
Al mismo tiempo, dijo McMaster, una pandemia “debilita las manos de los líderes autoritarios”.
Las democracias liberales tienen la oportunidad de cambiar el curso en medio de una crisis a través de las elecciones, comentó, y pueden evaluar dichos cambios a través de un debate político libre y abierto. Los autoritarios no tienen tal válvula de seguridad. Cuando los ciudadanos pierden la fe en su líder, el único recurso es la revolución o un golpe de Estado.
Esta capacidad de ajuste y cambio de dirección es una de las fortalezas duraderas de las democracias liberales. A pesar de lo sombrías que parecen las cosas ahora, es una lección que vale la pena recordar: los dictadores parecen invencibles, hasta el momento en que son derrocados.