China invirtió 4 billones de yuanes (casi US$ 600,000 millones) en la economía, inflando su deuda a veces con proyectos inútiles pero que sirvieron para respaldar la recuperación económica mundial. Foto: AFP (STR/AFP)
China invirtió 4 billones de yuanes (casi US$ 600,000 millones) en la economía, inflando su deuda a veces con proyectos inútiles pero que sirvieron para respaldar la recuperación económica mundial. Foto: AFP (STR/AFP)

China pidió a los bancos públicos desbloquear el equivalente a casi US$ 120,000 millones en préstamos para reforzar la red de infraestructuras del país, enfrentado a una ralentización económica por las restricciones vinculadas a la pandemia.

El gigante asiático ha desarrollado significativamente sus infraestructuras en las últimas décadas, especialmente a finales de los años 2000 para relanzar una economía entonces debilitada por la crisis financiera mundial.

China invirtió 4 billones de yuanes (casi US$ 600,000 millones) en la economía, inflando su deuda a veces con proyectos inútiles pero que sirvieron para respaldar la recuperación económica mundial.

Esta vez, el monto es más moderado, de 800,000 millones de yuanes (US$ 119,400 millones), según el informe de una reunión gubernamental difundido el miércoles por la agencia oficial Xinhua.

El encuentro fue presidido por el primer ministro Li Keqiang que, en las últimas semanas, ha enviado mensajes pesimistas sobre la economía nacional.

Xinhua no precisa cómo los bancos públicos financiarán estos préstamos.

Para limitar su endeudamiento, Pekín es ahora reticente a incrementar su gasto para respaldar la economía y por ello solicita a los bancos públicos “medidas de reimpulso”, señala el analista Ting Lu, del banco Nomura.

Enfrentada desde hace meses a un recrudecimiento de la epidemia, China aplica una estrategia “COVID cero” para intentar erradicar los contagios en su territorio a través de duras restricciones y confinamientos como el aplicado recientemente en Shanghái.

Defendida insistentemente por el presidente Xi Jinping, esta política sanitaria tiene fuertes repercusiones en la economía, con el cierre de comercios, fábricas funcionando al ralentí y problemas en las cadenas de suministro.

La ralentización económica pone en peligro el objetivo de crecimiento de alrededor del 5.5% fijado por Pekín para este año políticamente sensible, que debe consolidar a Xi como líder del Partido Comunista de China en otoño.

La semana pasada, el primer ministro admitió que la segunda economía mundial enfrentaba en cierta medida dificultades “más importantes” que al principio de la pandemia.

El miércoles, Li Keqiang pidió también a las provincias que publiquen datos económicos “reales” después de que varios responsables locales hayan sido agarrados por supuestas “falsificaciones”.