La Comisión Reguladora de Bancos y Aseguradoras de China (CBIRC) aseguró hoy que el posible impago de US$ 260 millones de un aval por parte del endeudado gigante inmobiliario Evergrande “no tendrá un impacto negativo” en los sectores bancario y de seguros.
La CBIRC fue uno de los organismos que se pronunciaron poco después de que la compañía anunciase que había recibido una demanda para afrontar el citado pago en un momento en el que “no hay ninguna garantía” de que disponga de fondos suficientes para cumplir con sus obligaciones financieras ante una crisis de liquidez causada en parte por las restricciones impuestas por Pekín al acceso a la financiación bancaria para las promotoras más endeudadas.
Tras semanas esquivándolos sobre la bocina, tanto la CBIRC como algunos medios como el portal de noticias económicas Caixin hablaron esta noche de “impagos”, aunque Evergrande evita mencionar ese término en el comunicado que remitió a la Bolsa de Hong Kong.
El impago, apunta Caixin, podría generar una situación de ‘cross-default’ (“insolvencia cruzada”), en la que el incumplimiento con un solo acreedor basta para que otros puedan reclamar la devolución de sus préstamos.
Ese medio recuerda que la deuda ‘offshore’ de Evergrande es de más de US$ 19,000 millones.
La CBIRC salió al paso de estas informaciones al asegurar que las deudas financieras de Evergrande suponen “cerca de un tercio” de su pasivo total -superior a los US$ 300,000 millones-, que tiene una “estructura de acreedores diversificada” y que la inversión del conglomerado en las instituciones financieras es “bastante limitado”.
La agencia asegura que “no habrá cambios” en la postura de los reguladores a la hora de “proteger los derechos legítimos de consumidores, inversores y negocios”.
Pekín culpa a Evergrande
Otra de las instituciones que se pronunció esta noche fue el banco central chino, el Banco Popular de China (BPC), que culpó a Evergrande de generar sus propios problemas debido a una “mala gestión y una expansión desenfrenada”.
“Los riesgos provocados a corto plazo por una inmobiliaria determinada no menoscabarán la función de captación de fondos del mercado a medio y largo plazo”, prosigue el BPC, que exigió a las compañías que emitan bonos ‘offshore’ que “cumplan estrictamente con la disciplina del mercado, resuelvan adecuadamente sus problemas de deuda y cumplan con sus obligaciones financieras”.
Por su parte, el regulador del mercado de valores, la CSRC, quiso aliviar los temores sobre la situación del sector inmobiliario -Evergrande no es la única promotora en apuros financieros- al asegurar que “continúa con su desarrollo saludable” y que “la mayoría” de empresas “operan con regularidad”.
La CSRC afirmó que los mercados bursátiles chinos se mantienen “estables, resistentes y activos” y que el riesgo de contagio que plantea la situación de Evergrande es “controlable”.
Tanto el BPC como la CBIRC también hicieron mención a la decisión de las autoridades de la provincia suroriental de Cantón, donde Evergrande tiene su sede, de intervenir -según detallaron, a petición del propio fundador del grupo, al que convocaron esta misma a noche a una reunión urgente- y destinar un “grupo de trabajo” a la compañía para “resolver los riesgos de forma efectiva”.
En concreto, el banco central mostró su “apoyo” a la medida y aseguró que trabajará junto a otras agencias gubernamentales y a las autoridades locales para “proteger los derechos legítimos de los compradores de viviendas”.
Desde que estalló la crisis de Evergrande, el objetivo declarado del Gobierno chino ha sido garantizar que tanto la compañía como otras promotoras en apuros terminen de construir las viviendas ya vendidas sobre plano, que en el caso de Evergrande ascenderían a unos 1.3 millones.
A este respecto, la CBIRC anunció que “animará” a los bancos a que “ofrezcan servicios financieros” a las compañías inmobiliarias y de construcción siguiendo “principios de prudencia”.