La capital china ha vuelto a cerrar las escuelas y retomar las clases a distancia en uno de sus principales distritos en medio de un nuevo brote de COVID-19 vinculado a un club nocturno, mientras que la vida aún no ha vuelto a la normalidad en Shanghái a pesar del levantamiento de un confinamiento de más de dos meses.
China ha mantenido su política de “cero COVID”, que exige la realización de pruebas masivas, cuarentenas y el aislamiento de cualquier persona que haya estado en contacto con una persona infectada en lugares concentrados donde la higiene suele ser deficiente.
Un total de 228 casos se han relacionado con el club nocturno Heaven Supermarket, ubicado en la zona de ocio del Estadio de los Trabajadores, después de que una persona infectada acudiera allí el jueves. De ellos, 180 eran clientes, cuatro eran miembros del personal y 44 eran personas con las que los clientes habían estado en contacto posteriormente.
Toda la zona, junto con el complejo comercial y gastronómico adyacente de Sanlitun, fue cerrada hasta nuevo aviso.
El brote provocó que el extenso distrito de Chaoyang volviera a las clases a distancia, con la excepción de los estudiantes que realizan los exámenes de nivel de secundaria y bachillerato. También se han suspendido los encuentros deportivos en la ciudad.
Chaoyang, donde viven más de 3 millones de personas, ha ordenado tres días consecutivos de pruebas masivas, con la formación de largas colas y tiempos de espera de dos horas o más en algunos lugares.