Más de la mitad de la población mundial habita en ciudades y producen alrededor del 70% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Si bien el cambio climático es un problema mundial, las causas y el impacto diario han de abordarse a nivel local.
“Una empresa puede mover activos, pero las ciudades no son así”, dice Paul Simpson, director ejecutivo de CDP, un grupo de investigación sin fines de lucro que presiona a las instituciones a revelar sus emisiones de gases de efecto invernadero. “Las ciudades saben que están muy expuestas al riesgo climático, y también que tienen oportunidades para mejorar las ciudades, con una mejor calidad del aire y calidad de vida para las personas”.
Todos los años, CDP publica una lista de compañías llamada Lista A, que incluye empresas que han establecido planes de acción para adaptarse al clima y también que informan públicamente sobre sus inventarios de emisiones, es decir, la mezcla de tipos de contaminantes, y su progreso para lograr sus objetivos. El año pasado, CDP difundió una clasificación similar para las ciudades.
Alrededor del 12% de las 850 ciudades analizadas se incluyeron en la Lista A del 2019, publicada esta semana, frente al 7% del año pasado. En general, según CDP, el número de ciudades en todo el mundo con estándares ambientales rigurosos ha aumentado en más de un 100%.
El progreso no forma parte de la clasificación, pero según los datos, algunas ciudades claramente avanzan mejor que otras.
De las ciudades que respondieron a la solicitud de datos de CDP, Palo Alto, California, es la más cercana a los objetivos: según sus propios datos, está a más del 56% del camino en su objetivo para reducir las emisiones en un 80% antes del 2030, frente a la base de 1990. Estocolmo y Toronto han fijado un ritmo similar, aunque sus objetivos están más lejos.
Mánchester, en el pasado el corazón de la revolución industrial del Reino Unido, también va muy por delante de lo previsto en su ambición de eliminar la mayor parte de las emisiones para el 2038. Ello implicará la eliminación de gases de efecto invernadero equivalentes a 20,6 millones de toneladas métricas de CO2 de la atmósfera.
Más de 46 ciudades han establecido objetivos de reducción de emisiones del 80% o más para el 2050 o antes, mientras que 19 de ellas se han comprometido a alcanzar la neutralidad en carbono. Ciudades de mayor tamaño como Londres, París y Nueva York están avanzando hacia sus objetivos a un ritmo más lento, pero la tarea es más difícil ya que sus emisiones totales son mucho más altas.
En general, los países ricos suelen tener mejores resultados en la lista. Pero la inclusión de ciudades como Iskandar, en Malasia, o Río de Janeiro, en la Lista A de este año muestra que el sentido de urgencia se está intensificando, especialmente en los países en desarrollo que sienten el impacto de los fenómenos meteorológicos extremos de manera más directa.
“Las ciudades tienen un doble papel que desempeñar, no solo de reducción de emisiones sino también para proteger a sus ciudadanos”, dice Kyra Appleby, directora global de CDP para ciudades, estados y regiones. “Esto forma parte del movimiento climático más amplio que está ganando terreno. Parece que este es el momento de la acción y la adopción de medidas”.
No obstante, los datos también muestran que los grandes objetivos no siempre coinciden con medidas en el terreno. Oslo y Seattle establecieron algunos de los objetivos más ambiciosos del mundo, por ejemplo, pero han progresado poco. La capital noruega estableció un objetivo de reducción de emisiones del 95% frente a los niveles de 1990 para el 2030.
Tres años después de la promesa y con 10 años para llegar a la fecha, apenas ha avanzado un 10%. Seattle está a un 6% del camino para alcanzar su ambición, establecida en 2011, de reducir a cero la contaminación para 2050.
En los poco más de cuatro años transcurridos desde la firma del Acuerdo de París, los argumentos para reducir las emisiones y combatir el cambio climático han impactado la mayoría de las agendas políticas y de inversión. A medida que el hielo marino del Ártico se derrite a mínimos históricos y los bosques arden a una escala sin precedentes, los eventos de calor extremo, las inundaciones, las sequías y la mala calidad del aire también han devastado las poblaciones urbanas.
Las ciudades de algunos de los países más contaminantes del mundo destacan por su ausencia en el resumen de este año. No hay una buena nota para ninguna ciudad de India, por ejemplo. Si bien ninguna ciudad de China continental figura en la lista, Hong Kong y algunas ciudades taiwanesas están reconocidas.
Y después está Estados Unidos. El presidente Donald Trump se ha mostrado abiertamente escéptico sobre el cambio climático y está en proceso de retirar a Estados Unidos del acuerdo de París. Y, sin embargo, al menos 34 ciudades estadounidenses han asumido compromisos climáticos dignos para ser incluidas en la lista A, entre ellas 19 nuevas incorporaciones este año.
“Hemos alcanzado un punto de inflexión en cuanto a concienciación”, dice Simpson. Pero hacer que los gobiernos sigan siendo responsables es un reto.