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Cada vez es más difícil vender carbón en los Estados Unidos.

Se pronostica que las mineras estadounidenses reducirán la producción 4.7% en 2018 en tanto las empresas de generación eléctrica recurren cada vez más al gas natural y la energía renovable, según la Administración de Información de Energía de los EE.UU.

El total previsto de 736.3 millones de toneladas cortas sería el segundo más bajo desde 1978 y apenas supera el de 2016, un año que estuvo repleto de cierres de minas, despidos en masa y quiebras.

Conforme sigue cayendo el carbón que se usa para generar electricidad, la clave del éxito de las mineras estadounidenses depende cada vez más de dos cosas: el acero y los mercados internacionales.

Las compañías que tienen acceso a los mercados extranjeros y extraen el carbón metalúrgico que se utiliza en la elaboración del acero tienen un buen desempeño. A las que venden exclusivamente a las generadoras eléctricas estadounidenses no les va bien.

“Todo pasa por la exportación y por el carbón metalúrgico”, declaró en entrevista Mike Dudas, analista de Vertical Research Partners LLC.

La dicotomía quedó clara cuando las mineras informaron las utilidades del cuarto trimestre. Las compañías como Arch Coal Inc. y Peabody Energy Corp., que extraen carbón metalúrgico y tienen clientes extranjeros, superaron las expectativas de los analistas y han visto subir sus acciones.

En el caso de Warrior Met Coal Inc., compañía con sede en Alabama que extrae carbón metalúrgico en el sur de la región de los Apalaches y exporta casi toda la producción, los ingresos del cuarto trimestre superaron el cálculo más alto y las acciones subieron más de 65 por ciento desde abril.

El carbón metalúrgico representa sólo aproximadamente el 10 por ciento del carbón extraído en los EE.UU., pero suele tener precios más altos. El miércoles, la referencia mundial del carbón metalúrgico estaba a US$ 232 la tonelada, según The Steel Index, mientras que una referencia comparable para el carbón térmico para centrales eléctricas estaba a US$ 100 la tonelada.

El motivo clave por el cual el primero es tan valioso es que la oferta tiende a estar por debajo de la demanda. Cuando las economías se recalientan y dan lugar a nuevos puentes y rascacielos, el consumo de acero da un salto e impulsa el mercado del carbón metalúrgico. Pero abrir nuevas minas para satisfacer esa demanda puede llevar años. Eso hace que entretanto los precios suban.

“Las constructoras no quieren esperar cinco años para conseguir una tonelada más de carbón metalúrgico”, declaró en entrevista Lucas Pipes, analista de B. Riley FBR Inc. “Quieren el acero ya mismo”.

Del otro lado de la tendencia se encuentra Cloud Peak Energy Inc., empresa con sede en Wyoming que extrae todo su carbón de la Cuenca del río Powder y lo vende exclusivamente a generadoras de electricidad. Si bien a la compañía le gustaría exportar más, la capacidad es limitada en los puertos de exportación de la costa oeste y pocos analistas prevén que eso vaya a cambiar próximamente. Las acciones de la empresa cayeron más de 20% en el último año.

Las cosas no se vislumbran mucho mejor para la demanda nacional de carbón después de 2019, según Andrew Cosgrove, analista de Bloomberg Intelligence.

“Todo se reduce al gas natural”, dijo Cosgrove. “Las empresas eléctricas están tomando decisiones de largo plazo en relación con sus carteras ante lo que parecen ser precios bajos del gas natural en el futuro próximo”.

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