La Comisión Europea espera que América Latina sepa “aprovechar” las inversiones que la Unión Europea planea realizar en el continente bajo el programa Global Gateway, y considera que ambas regiones “se necesitan mutuamente” en el actual escenario global.
Es el mensaje que canalizó el director para América Latina, el Caribe y las relaciones con todos los Países y Territorios de Ultramar en la Dirección General de Asociaciones Internacionales de la Comisión Europea, Félix Fernández-Shaw, en una mesa redonda sobre los riesgos y desafíos comunes de las democracias en Europa y Latinoamérica a la que asistieron otras personalidades del mundo político y académico.
Con la cumbre entre la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) celebrada en julio pasado en Bruselas, “lo que hemos intentado es dar una sensación de oportunidad”, aseguró Fernández-Shaw en la mesa redonda celebrada este lunes en el Instituto Cervantes de Bruselas, en el marco de sus actividades por la presidencia española del Consejo de la Unión Europea.
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Fernández-Shaw reivindicó la “fantástica oportunidad” que se abre en América Latina y del Caribe con las transiciones ecológica y digital que hay en marcha, y para las que la Unión Europea pretende invertir 45,000 millones de euros (unos US$ 49,143 millones) en la región.
En su opinión, ambos procesos deben consolidar la industrialización del continente, y tienen que ser implementados de forma “inclusiva”, con el fin de atraer a las mujeres al mercado laboral y a los nuevos empleos más cualificados y reducir las desigualdades sociales.
Entre los participantes estaba el expresidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, que advirtió, por su parte, de la “aguda crisis de la democracia” que se abre paso en América Latina y que, según él, amenaza la estabilidad de la región coincidiendo con un momento de crecimiento económico insuficiente y de lenta recuperación tras el bache de la pandemia.
Solís, que presidió Costa Rica entre los años 2014 y 2018, también ve con preocupación el resurgimiento de las propuestas de “mano dura”, encabezadas por el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, para combatir el aumento de la inseguridad ciudadana vinculada al narcotráfico y al crimen organizado.
El también vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica mostró su preocupación por el resurgimiento de los nacionalismos, por el descrédito de los políticos, la erosión de las democracias y el cuestionamiento de las Naciones Unidas, algo que le perece “aterrador”.
Por su parte, la exministra chilena de Relaciones Exteriores Antonia Urrejola remarcó que, actualmente, las democracias en América Latina ya no perecen a consecuencia de un golpe militar, sino con un lento “declive que empieza en las urnas”, con la elección de líderes populistas.
“El porcentaje de personas que consideran esencial vivir en democracia se ha desplomado, y esto es especialmente cierto entre las generaciones más jóvenes. Crece el apoyo a las alternativas autocráticas”, advirtió Urrejola, que también fue presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En su opinión, esta desafección es en buena media consecuencia, en Latinoamérica, del fracaso de los Estados a la hora de “garantizar unos mínimos de seguridad” a las personas, las expectativas de progreso no cumplidas y las sociedades segmentadas por las desigualdades, al tiempo que recomendó que se dé respuestas a sus preocupaciones, como la climática.
Para intensificar las relaciones entre la UE y América Latina, Urrejola recomendó replicar con otros países el acuerdo de asociación que Chile acaba de firmar con el club comunitario, que va más allá del comercio y que incluye cooperación multisectorial.
En la mesa redonda también intervino el economista Pedro Caldentey, que dirige el mecanismo EUreCA bajo el cual la UE fomenta programas de cooperación con los países de América Central.
Caldentey habló, en particular, de la existencia de “una crisis centroamericana” y lamentó que, en los últimos 40 años, los países de la región “no han conseguido erradicar un modelo de crecimiento escaso, empleo insuficiente y baja productividad”.
También apuntó algunas razones por las que es optimista respecto al futuro desarrollo de América Central, la biodiversidad que alberga la región, la consolidación de las energías verdes en sus economías, el crecimiento de la población joven y el deseo de desarrollo del conjunto de la sociedad, que a menudo se ve forzada a emigrar.
Antes del inicio de la mesa redonda -que fue moderada por la delegada de la Agencia EFE en Bruselas, Catalina Guerrero-, la escritora nicaragüense Gioconda Belli ofreció un discurso sobre la importancia de repensar el futuro desde la mirada literaria y apeló al “sesgo optimista de la imaginación” para buscar soluciones que refuercen las democracias a ambos lados del Atlántico.
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