Una mujer indígena participa en una manifestación contra la llamada tesis legal Marco Temporal (Hito Temporal), un proyecto de ley que detiene la demarcación de territorios indígenas, en Manaos, estado de Amazonas, Brasil, el 30 de mayo de 2023. (Foto de Michael Dantas / AFP)
Una mujer indígena participa en una manifestación contra la llamada tesis legal Marco Temporal (Hito Temporal), un proyecto de ley que detiene la demarcación de territorios indígenas, en Manaos, estado de Amazonas, Brasil, el 30 de mayo de 2023. (Foto de Michael Dantas / AFP)

La política ambiental del presidente de , , es un “activo” para impulsar el turismo verde, una actividad económica que puede ser clave para contribuir a la conservación de la naturaleza, dijo a EFE Marcelo Freixo, presidente de la agencia de promoción Embratur.

Desde que asumió el poder el 1 de enero, Lula ha dado un giro de 180 grados a la política ambiental de su predecesor, ; ha prometido acabar con la deforestación de la Amazonía hasta 2030 y erradicar la minería ilegal, otra de las mayores amenazas para la selva.

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“El mundo no quiere visitar un país que devasta sus bosques, que quema sus biomas”, afirmó el titular de la Agencia Brasileña de Promoción Internacional del Turismo (Embratur) en una entrevista con EFE.

Freixo apunta que el turismo de naturaleza es especialmente interesante porque atrae a un tipo de viajero de alta renta y también, porque ofrece nuevas formas de empleo en regiones rurales, con lo que contribuye a la preservación ambiental.

“En relación con la tala ilegal y la minería ilegal, el turismo puede ser una alternativa económica. Se necesita mano de obra para estos lugares”, comentó.

El turismo ambiental no es el único segmento con un gran potencial de crecimiento. Freixo señala que Brasil puede explotar mucho más su cultura, su gastronomía y también, el “afroturismo”.

Ese segmento se dirige en especial a los estadounidenses interesados en la historia negra, a los que se les puede mostrar las ruinas del mayor puerto esclavista de América, en Río de Janeiro, o la ciudad con mayor población negra fuera de África, Salvador.

“Cuando desarrollas el turismo afro, estás luchando contra el racismo”, afirma el responsable de Embratur, recordando la dimensión mundial del problema del racismo y el reciente debate propiciado en torno a los insultos racistas que recibió el futbolista Vinícius Júnior.

NÚMEROS AL ALZA

La diversificación del turismo es una estrategia fundamental, según Freixo, para aumentar el peso del turismo en la economía, que ahora ronda el 7%.

Brasil recibió 2,68 millones de turistas entre enero y abril, una cifra similar a los datos de 2019, mientras que los gastos acumulados por los viajeros se dispararon un 32%, hasta los 2,155 millones de dólares.

La recuperación del turismo se está dando en especial gracias a la llegada de argentinos (1,18 millones en cuatro meses), lo que supone el 44% del total y supera la cifra total de ciudadanos de ese país que visitó Brasil en todo 2022.

El responsable de Embratur cree que el momento es “muy favorable” para conseguir el objetivo de superar los 6,5 millones de turistas extranjeros que arribaron a Brasil en 2019.

Sin embargo, reconoce que el alto precio de los billetes aéreos “inhibe” la llegada de viajeros procedentes de mercados emisores lejanos, como Europa y Estados Unidos.

Las autoridades brasileñas, según explica, están conversando con aerolíneas como TAP, Iberia o Condor para tratar de aumentar el número de vuelos.

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LOS DESAFÍOS PARA CRECER MÁS

Mientras no se recuperan esos mercados, el sector turístico de Brasil, país con 213 millones de habitantes, sigue viviendo fundamentalmente del mercado interno.

“¿Estoy diciendo que Brasil puede alcanzar con el turismo el 18 % de su PIB, como Portugal? No, pero digo que el turismo puede representar mucho más para la economía de lo que representa hoy, que no es poco”, asegura.

Freixo admite que Brasil necesita invertir más en infraestructura, en capacitación de mano de obra y en promoción, pero este aspecto choca con la “falta de mentalidad política”, lo que se traduce en dificultades en la financiación para Embratur, que no puede recibir recursos públicos debido a su estatus de agencia.

La semana pasada, cerró un acuerdo con Senac y Sesc, dos instituciones privadas del sector comercial, para recibir 100 millones de reales anuales (unos 20 millones de dólares) para ayudarle en su labor.

Pero estos números están lejos del presupuesto de sus principales competidores: en 2019, según números de Embratur, Brasil invirtió 13 millones de dólares en promoción turística, frente a los 60 de Argentina, 160 de Colombia o 490 de México.

Freixo explica que en sus primeros meses en el cargo se ha centrado en montar un equipo técnico, en reorganizar la institución y en volver a poner el debate del turismo en los medios de comunicación. “Ahora tenemos que hacer que los números nos den la razón”, concluye.

Fuente: EFE

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