El presidente brasileño Jair Bolsonaro emitió dos decretos para la prospección de oro con un enfoque en la selva amazónica, según lo publicado el lunes en la Gaceta Oficial.
El Programa para el Fomento de la Minería Pequeña y Artesanal, creado por uno de los decretos, busca fortalecer políticas y estimular las mejores prácticas, según el texto. La Amazonia “será la región prioritaria para el desarrollo”, dice.
El otro decreto altera las leyes y regulaciones existentes, por ejemplo, al requerir que la entidad reguladora nacional establezca criterios simplificados para el análisis de permisos para la prospección.
Las medidas provocaron una reacción airada por parte de grupos ambientalistas y defensores de los indígenas, quienes advirtieron que los decretos exacerbarán la destrucción de la selva amazónica y llevarán a la contaminación de sus ríos con mercurio, el elemento químico usado para destilar el oro.
“Están haciendo todo lo contrario de lo que debería hacer un gobierno federal”, expresó vía telefónica Larissa Rodrigues, gerente de portafolio de la agrupación ambientalista Choices Institute. “Hay una enorme ilegalidad circulando en la cadena de suministro. El gobierno debería estar combatiendo esa ilegalidad en vez de promoverla”.
Bolsonaro ha sido un acérrimo partidario de explotar los recursos naturales de la Amazonia desde su campaña presidencial en el 2018, prometiendo aprovechar la inmensa riqueza mineral de la región, lo que le valió el apoyo de los prospectores. Se anticipa que Bolsonaro se postulará a la reelección en octubre.
Varias organizaciones no gubernamentales han sonado las alarmas sobre cómo los comentarios del presidente y la disminución de la vigilancia ambiental durante su mandato han animado a los mineros ilegales y ha provocado un aumento de la minería de oro, causando vastos daños ambientales en la selva amazónica.
Pero Bolsonaro, quien es hijo de un prospector, se ha mantenido en su postura. Considera esa actividad como una de las pocas alternativas que les quedan a los habitantes de una región vasta y empobrecida.
“La prospección representa un potencial elevado de generación de riqueza y de ingresos para una población de cientos de miles de habitantes”, de acuerdo con un comunicado de la Secretaría de la Presidencia.
Una investigación de la AP el mes pasado halló que pistas de aterrizaje y avionetas no autorizadas están ayudando a los prospectores a sacar toneladas de oro de tierras indígenas. El oro termina en manos de intermediarios, algunos de los cuales están siendo investigados por recibir oro proveniente de la minería ilegal. El oro es refinado en Sao Paulo antes de meterse en la cadena mundial de suministro.
La semana pasada, el Choices Institute divulgó un estudio según el cual 229 toneladas de oro con indicios de ilegalidad fueron vendidas desde el 2015 hasta el 2020, es decir, aproximadamente la mitad de la producción nacional y la mayoría de las cuales tuvieron su origen en la Amazonia. El estudio se basó en el análisis de más de 40,000 registros de ventas e imágenes satelitales de sitios de producción.
Rodrigues añadió que la simplificación del proceso para obtener permisos de minería podría provocar una ola de nuevos pedidos de licencias o la eliminación de todos los casos atrasados de la agencia reguladora, causando “una total falta de control”.