La mayoría de los bancos europeos salieron fortalecidos de una prueba de resistencia sobre cómo enfrentar una fuerte recesión económica, lo que les dio una base sólida para continuar con el pago de dividendos y recompra de acciones.
En conjunto, los 70 prestamistas sometidos a la prueba vieron caer su índice de capitalización clave en 4,59 puntos porcentuales a 10.4% en un escenario adverso, dijo la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) en un comunicado el
viernes. Eso es menos que los 4,85 puntos porcentuales alcanzados en la última prueba de hace dos años, en la que participaron menos bancos.
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Si bien la prueba fue anunciada como la más difícil hasta la fecha, los bancos se beneficiaron de sus sólidos balances y del aumento de los ingresos por las tasas de interés más altas. Es probable que los prestamistas utilicen los resultados para presionar a los reguladores para que mantengan, o incluso aumenten, los pagos.
A pesar de los € 496,000 millones (US$ 547,000 millones) de pérdidas combinadas en la prueba, los bancos europeos “siguen estando lo suficientemente capitalizados como para seguir respaldando la economía también en tiempos de estrés severo”, dijo la EBA.
La mayoría de los grandes bancos de Europa vieron una erosión menor de su ratio de capital ordinario de nivel 1 que en el último examen. Deutsche Bank AG vio su impacto reducido a 5,28 puntos porcentuales, desde 6,2 puntos porcentuales, mientras que el
impacto en BNP Paribas SA se redujo a 3,92 puntos porcentuales desde 4,4 puntos porcentuales. El impacto para ING Groep NV de los Países Bajos fue mayor.
Las unidades europeas de los principales bancos de Estados Unidos fueron incluídas primera vez y enfrentaron golpes mayores que el promedio.
Deficiencias
Dos bancos mostraron un “déficit menor” en sus requisitos de capital en la prueba de estrés, dijo la EBA. Un tercio con un “gran déficit” cumple con sus obligaciones al aplicar las nuevas normas contables que entraron en vigor este año, según la EBA.
El escenario adverso de la prueba preveía inflación y una recesión mundial, así como un aumento de las tasas de interés. Eso conduciría a una contracción en la producción económica real del 6% durante tres años, una situación más severa que en las pruebas anteriores.
La EBA dijo que comparar los resultados con exámenes anteriores “es complicado y podría resultar engañoso”, dado que la prueba utilizó diferentes escenarios, un grupo mayor de bancos y valores modificados para los índices de capital y los balances.
El examen no tiene una calificación de aprobado o reprobado. Sin embargo, reguladores como el Banco Central Europeo utilizan los resultados para establecer requisitos de capital individuales y revisar los planes de los bancos para mantener niveles suficientes de reservas financieras, incluido el efecto de los pagos a los accionistas.
La incertidumbre sobre el futuro de la economía muestra “la importancia de permanecer alerta y que tanto los supervisores como los bancos deben estar preparados para un posible empeoramiento de las condiciones económicas”, dijo la EBA.
El impacto de la prueba sobre los dividendos y las recompras podría dar a los bancos un incentivo para hacer suposiciones optimistas. Para contrarrestar esto, el BCE hizo una intervención contundente después de que los prestamistas adoptaran lo que el regulador consideró un enfoque poco realista, informó Bloomberg la semana pasada.
La EBA dijo que continuará mejorando el marco para la prueba de estrés, incluido el trabajo sobre el papel de los llamados elementos de arriba hacia abajo que permiten a los reguladores reemplazar algunos cálculos realizados por los bancos.
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