Personas procedentes de 69 países fueron detenidas en el marco de una reciente operación contra el tráfico ilícito de migrantes y la trata de seres humanos llevada a cabo en todo el continente americano, lo que indica el alza del número de asiáticos y africanos que cruzan océanos y continentes para llegar a Estados Unidos.
La quinta edición de la Operación Turquesa, coordinada por la Interpol, reunió del 27 de noviembre al 1 de diciembre a funcionarios de inmigración de todo el continente americano en un intento de desmantelar organizaciones delictivas internacionales.
Entre las victorias cabe citar la detención de un ciudadano portugués que compraba bebés recién nacidos a mujeres brasileñas pobres para venderlos en Europa, la detención de tres sospechosos vinculados a la conocida banda carcelaria venezolana Tren de Aragua, y la inmovilización de activos por valor de US$ 286,000 dólares pertenecientes a una red que reclutaba brasileños para un centro de fraude cibernético en Camboya.
LEA TAMBIÉN: Más de 500,000 migrantes han cruzado la selva del Darién en 2023, un récord histórico
En su quinta operación anual Turquesa, Interpol dijo que reunió a agencias de la ley de 31 países del continente americano, entre ellos Cuba por primera vez, además de Francia y España. Entre todos lograron 257 detenciones, rescataron a 163 presuntas víctimas de trata de seres humanos y detectaron a casi 12,000 inmigrantes indocumentados procedentes de 69 países.
Decenas de las víctimas eran niños, 12 de ellos en Honduras. Sesenta y nueve países es el número más alto de la historia y es más del doble de los 28 países reportados en la primera operación de 2019.
Centrada en migrantes que se dirigen a Estados Unidos y Canadá, la operación de este año mostró un “marcado aumento” de migrantes de Asia y África, particularmente de China, que fue el tercer país de origen más común, detrás de Venezuela y Ecuador, dijo Interpol.
“El número de nacionalidades detectadas durante la operación Turquesa V demuestra cómo este importante corredor migratorio, antes considerado una ruta reservada a las Américas, se ha convertido en el objetivo de grupos de delincuencia organizada de todo el mundo”, declaró en un comunicado el secretario general de Interpol, Jurgen Stock.
Los migrantes que cooperaron con la policía proporcionaron información sobre las tácticas de captación, las condiciones de viaje y el costo del contrabando, que oscilaba entre 2,700 y 20,000 dólares por persona en función del viaje, según Interpol. Los traficantes suelen tener vínculos con el tráfico ilícito de drogas.
El número de migrantes encontrados en la frontera entre Estados Unidos y México procedentes de países fuera de América Latina y el Caribe aumentó un 43% entre los años fiscales 2022 y 2023, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (CBP, por su sigla en inglés).
En octubre, el primer mes del año fiscal 2024, hubo casi 12,000 migrantes en la frontera procedentes de esos países “extracontinentales”, casi la misma cantidad que llegó en todo 2021.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos califica la tendencia actual como “el mayor nivel de migración masiva desde la Segunda Guerra Mundial”. La CBP lo atribuyó a “dificultades económicas y agitación política” desencadenadas en parte por desastres naturales y una pandemia mundial.
Brasil como centro de migración
La Operación Turquesa también ofreció una visión del enorme papel que desempeña Brasil en el comercio transcontinental, con migrantes que atraviesan el país. La mayoría tenían como destino Estados Unidos, otros Europa y algunos se establecieron en el propio Brasil, según la Policía Federal local.
La Policía Federal desplegó agentes en nueve puntos de Brasil, la quinta nación más grande del mundo por superficie y que comparte frontera con otros 10 países.
Brasil ha detectado patrones tales como inmigrantes de Cuba y Haití que viajan a la pequeña nación costera de Guyana, cruzan ilegalmente al país y realizan un viaje por tierra de dos días hasta la ciudad amazónica de Manaos. Allí inician un viaje en barco de más de 1,000 kilómetros y una semana de duración por el Amazonas hasta el puesto selvático de Tabatinga, en la frontera con Colombia y Perú.
Tabatinga también atrae a migrantes de otros lugares de la cuenca del Caribe con destino a Europa, según la policía. En una de las rutas, los ciudadanos de la República Dominicana obtienen pasaportes colombianos falsos en Colombia, cruzan a Brasil por Tabatinga y luego emprenden el largo viaje a Sao Paulo, a más de 3.200 km de distancia, su última parada antes de Europa.
“Tenemos esta política (de inmigración) de brazos abiertos (...) y tenemos unos vecinos complicados en lo que respecta a la producción de drogas y todo lo demás”, afirmó el comisario Cristiano Eloi, jefe de la Policía Federal brasileña para la lucha contra el tráfico de personas y el contrabando de inmigrantes.
“Y tenemos estos más de 16.000 kilómetros de frontera con todos estos países latinoamericanos. Así que es absolutamente imposible cuidar cada centímetro de nuestras fronteras”.
Otro agente de la Policía Federal, que habló bajo condición de anonimato porque no era el portavoz oficial, dijo que muchos sospechosos de delitos se mezclan con los inmigrantes, que a menudo se muestran reacios a cooperar. Además, la legislación brasileña impide a la policía detener a personas simplemente por infracciones de inmigración.
LEA TAMBIÉN: Estados Unidos evalúa cambios en políticas migratorias