El candidato presidencial por la libre postulación, Melitón Arrocha, se define como un “político pragmático” dispuesto a impulsar los activos estratégicos de Panamá, incluida la polémica mina de cobre cerrada en 2023, para enfrentar la tormenta que se avista en el horizonte del país que ha sido uno de los de mayor crecimiento económico en América Latina.
Arrocha, de 55 años, exministro, exdiputado y exembajador, entre otros cargos ejercidos a lo largo de más de tres décadas en la política, reconoce en una entrevista con EFE con motivo de los comicios del próximo 5 de mayo que Panamá enfrenta retos “enormes” vinculados a la economía, el desarrollo social, la seguridad nacional y la gobernabilidad democrática, por mencionar los más acuciantes y para los que ya tiene recetas.
Estas van desde una mejor y constante formación de los maestros para reflotar un sistema educativo anclado en el pasado, hasta “cerrar” la selvática frontera con Colombia para frenar la migración irregular que se mueve hacia el norte y que constituye, como dijo, una amenaza a la seguridad nacional tanto por sus vínculos con el crimen organizado como por lo millonarios fondos públicos que drena para su gestión.
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El político considera además que el próximo Gobierno tendrá la “especial oportunidad de reconducir el diálogo democrático” para, entre otros, enfrentar la corrupción que está erosionando peligrosamente la gobernabilidad democrática del país.
De llegar al gobierno, “la primera y más importante medida en la lucha anticorrupción es la implementación de la Carrera Administrativa”, precisa.
Panamá enfrenta desafíos tan grandes como los de la propia campaña de Arrocha, “chiquita y con pocos recursos” en sus palabras, para sacarlo de la cola de los sondeos - apenas un 1,8 % de la intención de voto según uno difundido este marzo - y tener una opción real de triunfo en los comicios de mayo.
Prender todos los motores económicos, incluida la mina
Arrocha, abogado de profesión, subraya las ventajas de Panamá, como su posición estratégica, el sistema multimodal logístico y su riqueza natural, y sentencia que “ya no puede seguir viviendo a espaldas de estos activos estratégicos”.
Porque así lo ha hecho Panamá, asegura, cuando pese a su robusto sistema logístico y portuario no se impulsan las reexportaciones con valor agregado, para lo que hay una ley vigente, promovida por él según dijo, o cuando se cierra la gran mina de cobre operada por la canadiense First Quatum Minerals, que llegó a representar el 2 % de la producción mundial del mineral precisamente en tiempos de transición energética.
El contrato de concesión de la mina fue declarado en noviembre pasado, al igual que en el 2017, inconstitucional por el Supremo panameño, esta vez en medio de las mayores protestas sociales en décadas.
Arrocha está convencido de que el tema minero fue el detonante de una cuasi explosión social contra todos los problemas del país, “que la mayoría de la gente piensa que hay que generar riqueza” y que eso lo puede hacer la mina, que llegó a representar casi el 5% del producto interno bruto (PIB) nacional, por lo que su “posición es reabrir esa explotación”.
La reactivación económica “inmediata” que propone para reducir el desempleo (7.4%) y la informalidad (47.4%) pasa por la desburocratización de un Estado hipertrofiado para “garantizar una administración pública que ayude al ciudadano a generar riqueza” a través del emprendimiento, e impulsar el turismo.
El seguro social y las perspectivas económicas
Arrocha recalca que “hay una tormenta o tsunami en el horizonte” económico cuya magnitud aún se desconoce -producto de la falta de contención del gasto, del aumento de la deuda pública, del cierre de la mina y la crisis del seguro social- pero que sin duda plantea una situación complicada para Panamá.
El Fondo Monetario Internacional “ya recomendó subir impuestos” y el costo de la deuda indica que “el mercado empieza a descontar que el país va a perder el grado de inversión”, reconoce el candidato.
En ese contexto, asegura que sus contrincantes “están echando cuentos” cuando dicen que la situación del seguro social debido a la inminente quiebra de uno de sus dos subsistemas de pensiones se va a resolver con parches, pues la realidad es que “va a requerir un grado de sacrificio por parte de toda la sociedad”, lo que su administración está dispuesta a asumir.
Las calificadoras y la banca de inversión han rebajado hasta incluso menos del 1% el crecimiento del PBI para este 2024, en lo que parece el ocaso del fenómeno que situó a este país, dependiente de una economía de servicios, como el de mayor crecimiento en América Latina durante dos décadas con un promedio de 6% anual.
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