A medida que la agitación política sacudía a Argentina el mes pasado, y la inflación alcanzaba un máximo de tres décadas, la población hacía lo que acostumbra hacer en cada crisis: comprar dólares.
En julio, alrededor de 1.4 millones de personas compraron dólares en el mercado formal, casi un 60% más que en junio, de acuerdo con los datos del banco central publicados este viernes.
Lo hicieron a pesar de fuertes desincentivos. Debido a los estrictos controles gubernamentales, las personas solo pueden cambiar pesos por hasta US$ 200 cada mes y adicionalmente, tienen que pagar el 75% en impuestos. La cantidad de personas que compraron dólares en junio fue la más alta desde el 2020, cuando solo existía un impuesto a las compras de dólares, en lugar de los dos que hay ahora.
A pesar de los gravámenes, para muchos tuvo sentido financiero cambiar pesos por dólares en el banco en lugar del mercado negro de uso común. Eso se debe a que el peso se desplomó en el mercado paralelo, lo que hizo que los dólares fueran significativamente más caros que al tipo de cambio oficial, incluso teniendo en cuenta los cargos adicionales.
El viernes, un dólar en el mercado negro costaba 292 pesos, mientras que la tasa oficial con impuestos equivale a unos 253 pesos.
La crisis política del Gobierno, que resultó en tres ministros de economía distintos en un solo mes, exacerbó la ya alta inflación en Argentina a medida que las empresas subieron los precios y los ciudadanos cambiaron pesos por dólares para protegerse de las pérdidas.
Los ahorradores que compran dólares en el banco agregan más presión a las menguantes reservas de efectivo del banco central cuya función es evitar una posible devaluación.