El Gobierno de Argentina dijo estar “decepcionado” con la declaraciones de algunos grupos de acreedores que rechazan la propuesta de canje de deuda lanzada por el país, pero aseguró que está abierto a escuchar a los bonistas para llegar a un “denominador común”.
“El Gobierno de Argentina ha revisado y está decepcionado con la declaración del día de hoy por parte de tres grupos de acreedores”, dijo el Ministerio de Economía en un comunicado.
Tres grupos de acreedores liderados por grandes fondos de inversión -el Ad Hoc Bondholder Group, el Argentina Creditor Commitee y el Ad Hoc Group of Argentina Exchange Bondholder-volvieron este lunes a rechazar en forma tajante los términos propuestos por Argentina para reestructurar bonos emitidos bajo legislación extranjera por US$ 66,239 millones.
A través de un comunicado conjunto, estos tenedores de bonos argentinos señalaron que “no pueden apoyar” la oferta ya que consideran que los términos planteados por el país suramericano requieren que los acreedores de bonos argentinos sufran unas “pérdidas desproporcionadas que no están justificadas ni son necesarias”.
El plazo para que los acreedores den su consentimiento formal a la propuesta de reestructuración vence el próximo viernes.
“Mucho puede cambiar en el transcurso de una semana. Tenemos la esperanza de que nuestros acreedores reconozcan que, especialmente a raíz de la crisis del Covid-19, Argentina no puede pagar más”, sostuvo el Ministerio de Economía.
Las autoridades argentinas insistieron en que su “análisis de sostenibilidad de la deuda” se encuentra “alineado” con el realizado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Si los tenedores de bonos tienen un enfoque diferente que se adecúe a esas limitaciones, deberían presentar una propuesta específica”, señala el comunicado del Gobierno de Alberto Fernández.
El Ejecutivo argentino aseguró que “permanece dispuesto a escuchar y tratar de encontrar un denominador común”, pero advirtió que “cualquier propuesta debe pasar primero la prueba del sentido común”.
Desde que el pasado 17 de abril se hiciese pública la oferta argentina, los acreedores han calificado la propuesta como “agresiva e inadmisible” mientras que para el Gobierno de Fernández es “seria” y el país no tiene posibilidades de ofrecer más.
La propuesta de canje lanzada por Argentina incluye un período de gracia de tres años, por lo que Argentina empezaría a pagar en el 2023 con un tasa inicial del 0.5 %, que se incrementaría paulatinamente hasta un interés promedio de 2.33 % y una tasa máxima de 4.875 %.
La oferta implica reducir el capital en US$ 3,600 millones, es decir, una quita de 5.4 % sobre el stock adeudado, y los intereses en US$ 37,900 millones, lo que equivale a una quita de intereses de 62 %.
Para el canje, el país ofreció a los acreedores diez nuevos tipos de bonos, en dólares y euros, con vencimiento en el 2030, 2036, 2039, 2043 y 2047.