
Playas, patrimonio cultural y restaurantes de chicharrón. Pero no solo eso hay en Lurín: el distrito ubicado al sur de Lima sigue atrayendo a grandes compañías, fábricas y proyectos inmobiliarios. La futura conexión con la Línea del Metro, el acceso desde la Panamericana Sur y la próxima reconversión de amplias zonas para uso industrial e inmobiliario ya empiezan a reflejarse en su recaudación tributaria local.
El distrito, además, se ha convertido en una zona estratégica para muchas fábricas que quieren tener su hub en Perú. Cirion Technologies es un ejemplo: abrirá su mayor data center en el distrito con el que esperan atraer a clientes del extranjero, Estados Unidos y Europa, principalmente.
Mercado Libre, el gigante del comercio electrónico en la región, inauguró en setiembre de este año su primer centro de almacenamiento y distribución en Lurín. Desde esta base podrá realizar envíos en menos de 24 horas a Lima y despachos acelerados hacia Arequipa, Cusco y Trujillo. A ello se suma la expansión de empresas industriales: el Grupo Elena, productor avícola, invertirá S/ 300.000 para ampliar su planta en el distrito; la finlandesa Metso, proveedora del sector minero, destinará US$ 1,2 millones para abrir una nueva fábrica para seguir atendiendo a clientes de la región; mientras que la estadounidense Ecolab también evalúa ampliar sus operaciones en la zona.
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Solo entre enero y octubre de 2025, la Municipalidad de Lurín aprobó cerca de 250 licencias de funcionamiento —que incluyen a grandes y pequeños comercios, así como ampliaciones de líneas productivas— y proyecta cerrar el año con unas 300 autorizaciones, la cifra más alta desde 2023, cuando asumió la actual gestión.
“El nuevo puerto de Chancay ha sido un factor clave para que grandes empresas, sobre todo del rubro logístico y de cadena de frío, se instalen en Lurín. Muchas compañías que antes operaban en la avenida Argentina o en distritos como Ate y Chorrillos están trasladando sus operaciones hacia aquí”, explica Martín Román, gerente de Desarrollo Económico de la municipalidad en diálogo con G de Gestión.
Por ejemplo, la empresa Simétrica proyectaría habilitar más almacenes industriales en 2026. “Tienen un proyecto de más de 500 naves, me parece, y son las que en el futuro producirán nuevas licencias. En tanto, Megacentro tiene 300 naves que ya están alquiladas aunque aún no terminen las obras”, anota Román.
En los últimos meses, también han tocado la puerta marcas de calzado como Bata, que apuntaría a tener una línea de producción dentro del distrito. También otra empresa que hace enrolado de acero y otra que fabrica equipamiento de protección personal. A nivel de alimentos, ya está en la zona una panificadora y Natura Foods, así como Alicorp y Molitalia (esta última en el centro industrial MacrOpolis).
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El impacto en la recaudación
Este distrito limeño de Lurín atraviesa uno de sus momentos de mayor dinamismo económico, sobre todo, tras la pandemia que, a su vez, ha tenido un impacto directo en la recaudación municipal, especialmente a través del impuesto predial y los arbitrios.
De acuerdo con cifras de la Municipalidad de Lurín, los ingresos por arbitrios y predial pasaron de S/ 39 millones en 2021 a S/ 66 millones en lo que va del 2025. El salto más significativo se produjo a partir del 2023 —año en que inició la actual gestión— cuando la recaudación subió de S/ 40 millones en 2022 a S/ 52 millones, impulsada tanto por el ingreso de nuevas empresas como por un proceso de sinceramiento y mejora en la fiscalización tributaria, anotó Román.
“El incremento responde también al crecimiento real de la base tributaria, producto de nuevos parques industriales y almacenes que antes tributaban como terrenos agrícolas o corrales”, explica.
Entre 2023 y octubre de 2025, el distrito alberga cerca de 770 empresas, entre pequeños comercios y grandes proyectos.
La expansión inmobiliaria
Y junto al despliegue industrial y logístico, el distrito también atraviesa una expansión inmobiliaria significativa. Hay más de 330 hectáreas proyectadas para desarrollo residencial en zonas como la quebrada de Lúcumo (la iniciativa contempla alrededor de 20 torres de hasta cinco pisos) y nuevos proyectos de vivienda cercanas a MacrOpolis, y otros donde se alistan proyectos habitacionales en coordinación con el Ministerio de Vivienda.
Parte de estos desarrollos responde a la proyección de futuras conexiones con la Línea 1 del Metro, lo que ha impulsado cambios de zonificación y nuevos proyectos como Valles de Lurín y condominios en el eje de la avenida Los Pinos, actualmente en ejecución. El distrito, además, mantiene una zonificación diferenciada: la zona A es netamente industrial; la B combina industria y vivienda; mientras que Lurín Centro y las zonas D y E están destinadas principalmente a uso residencial, con una franja industrial en el límite con Conchán.
De acuerdo a Jorge Gagliardo, vicepresidente de Desarrollo Industrial del Grupo Centenario, cuentan con un proyecto de urbanización que involucra 280 lotes destinado a desarrollar vivienda para las personas que trabajarán en la zona industrial. “Estamos generando una dinámica de venta de lotes para urbanización, la idea es que MacrOpolis sea una ciudad industrial viva”, refiere.
¿Habrá un nuevo mall o centro comercial? Cabe indicar que en 2024 se inauguró el denominado mall de La Foquita, el KM 40, que para el 2026 avanza hacia su plena ocupación. Esta actividad ha dinamizado la llegada de nuevos operadores y servicios asociados, desde ferreterías hasta acabados y pintura, reforzando el ecosistema económico del distrito. Sin embargo, desde la Municipalidad han negado que se hayan presentado nuevas solicitudes para malls o supermercados.
Tarea pendiente: infraestructura vial
El acelerado crecimiento industrial y logístico de Lurín ha venido acompañado de un desafío cada vez más visible: la brecha de infraestructura vial. La misma Municipalidad también lo reconoce: “Sabemos que hay empresas que reportan que gastan más en la reparación de sus vehículos que en el propio flete”, menciona Martín Román, gerente de Desarrollo Económico de la municipalidad en diálogo con G de Gestión.
El problema se agrava porque varias de estas vías son de competencia de la Municipalidad de Lima, lo que restringe la capacidad de intervención directa del municipio. Un caso emblemático fue el óvalo La Virgen, cerca al kilómetro 40 de la Panamericana Sur, uno de los principales accesos a la zona industrial. El deterioro había generado ya diversos accidentes. Tras un largo trámite burocrático, la Municipalidad de Lurín obtuvo autorización de la MML para ejecutar trabajos de mantenimiento.
Desde 2023, la Municipalidad de Lurín ha solicitado de manera formal la delegación de facultades para intervenir varias vías metropolitanas que atraviesan la zona industrial del distrito. Hasta ahora, no ha tenido respuesta favorable. Sin esas atribuciones, explican desde la comuna, no pueden destinar recursos ni elaborar expedientes técnicos, ya que la normativa impide ejecutar gasto público sin un sustento legal previo.
La situación puede generar un cuello de botella: mientras el crecimiento económico del distrito impulsa una mayor recaudación y fomenta el empleo formal, la brecha de infraestructura vial se mantiene. Trabajadores que llegan de diversas zonas de la capital y empresas deben enfrentar pistas deterioradas y alta polvareda en algunas zonas clave.
A este escenario se suma otro frente pendiente: el proceso judicial que mantiene el municipio de Lurín para retirar formalmente las casetas de peaje que pertenecían a Rutas de Lima. Desde la municipalidad aseguran que continuarán el proceso hasta agotar todas las instancias.

Coordinadora en la revista G de Gestión e integrante del podcast de economía y negocios 'Actualidad Latinoamericana'. Escribo sobre management, agricultura, tecnología y emprendimientos. Bachiller en Periodismo por la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Activa participante de los cursos del Centro Knight para el Periodismo en las Américas.









