FOTOS | Jesús Vega, experto en recursos humanos, cree que el rumor y los chismes son también un síntoma de inmadurez: "Generan relaciones inmaduras y se convierten en el 'Sálvame' de la organización. No sale nada bueno de todo esto, salvo que pueda convertirse en un factor higiénico mental".
Pilar Jericó, presidenta de Be-Up, relaciona la queja como desahogo con los chismes y rumores de oficina. Asegura que éstos pueden venir bien durante un rato, pero resultan nocivos si se mantienen a largo plazo.
Añade que "es positivo dejar cierto tiempo en la organización para que la gente se queje, pero es necesario poner un límite. Es posible crear un espacio para que aflore la queja, pero no es bueno instalarse en ella".