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Imagínese que pudiera disfrutar de relaciones sinceras con los compañeros de trabajo. Por ejemplo, recibir ayuda sin tener que pedirla, y que las personas que rodean a uno sean capaces de leer las emociones y ofrezcan su apoyo. ¿Mejoraría la vida laboral?

Sin embargo, según el portal , la realidad no es exactamente así, pues muchas veces existen conflictos con los demás empleados, ambientes donde reina la hipocresía e intentos de ocultar información, jefes tiranos y subordinados rebeldes. Hay días que estar en la oficina puede poner la salud mental de uno a prueba.

Pero la vida profesional no tiene por qué ser de esta forma.

La inteligencia emocional es fundamental, ya que puede ayudar a transformar las relaciones en el trabajo, proporcionando a corto plazo mayores beneficios que cualquier competencia técnica. Y es que varios estudios ya han demostrado que un alto coeficiente emocional, además de mejores relaciones, también reduce el estrés, produce más felicidad y mejor salud.

En una investigación se determinó que la inteligencia emocional está relacionado con el rendimiento laboral de una persona, siendo la responsable del 58% del éxito en cualquier tipo de trabajo.

El mismo estudio encontró que los trabajadores emocionalmente inteligentes ganan en promedio más de US$ 29,000anuales que aquellos con menor cociente emocional.