Tras el impacto económico del COVID-19, la colocación de viviendas empezó a recuperarse desde mediados del 2020 y esta tendencia continuó a lo largo del 2021.
No obstante, las ventas aún no retornan a los niveles previos a la pandemia. Así, el último reporte de la consultora inmobiliaria Tinsa muestra que en el tercer trimestre del 2021 se vendieron en Lima y Callao 3,465 viviendas nuevas, un 28.7% menos respecto a las ventas registradas en similar trimestre del 2019.
Incluso en el tercer trimestre del año, tras el cambio de Gobierno, las ventas de viviendas frenaron su avance por primera vez tras el COVID-19 (ver gráfico).
Al respecto, Martín Villanueva, Líder de consultoría en Tinsa Perú, refirió que la recuperación del mercado inmobiliario avanza a ritmos desiguales, pues es liderada por los segmentos de precios altos.
“Pero en los segmentos C y parte del B las ventas se han contraído. No por que no tengan necesidad de vivienda, sino por que la decisión de compra se ha visto pospuesta”, indicó.
Esta postergación en la decisión de compra se debe al impacto económico del COVID-19, con efecto en la reducción de empleo, sobre todo en los segmentos de menores ingresos. Y también por la incertidumbre política y económica tras el cambio de Gobierno.
Este segundo factor ya se empezó a notar con los resultados de ventas en el tercer trimestre del año.
En el caso de los segmentos altos, Villanueva refiere que las personas cuentan con más liquidez, por lo que han mantenido sus planes de compra de viviendas con fines de inversión. “En este segmento también han aprovechado las tasas de interés de los créditos, en niveles históricamente bajos”, agregó.
De cara al 2022, refirió que estas tendencias se mantendrían, por lo que la recuperación de las ventas a niveles prepandemia solo se daría en caso baje el ruido político, lo cual por ahora resulta incierto.
Por ello, Villanueva estima para el 2022 un crecimiento en las ventas, “pero no se puede estar seguro de recuperar los niveles prepandemia”, subrayó.
En caso el ruido político se mantenga o crezca, los niveles más afectados serán los de menores ingresos.
“El mercado más sensible está en los segmentos más bajos. Si la incertidumbre persiste y crece la tasa de desempleo, eso afectaría a las compras de los niveles C y parte del B”, remarcó Villanueva.