El Ejecutivo recientemente nombró a Fernando Varela como el nuevo ministro de trabajo. El ministro, a diferencia de sus recientes predecesores, viene de una larga carrera privada y catedrática, lo que generó optimismo entre los privados. Gestión se reunió con el ministro para conversar acerca de sus planes a futuro, así como de los proyectos que se encontraban en cartera cuando asumió el cargo.
¿Cómo ha encontrado el sector y qué planes tiene con relación a la situación actual?
En reuniones hemos visto que debe haber tres ejes en esta gestión: la informalidad laboral; estamos en un 76%, que es realmente una cifra escondida, más cerca al 80%. Eso es más que preocupante, es endémico. Si estamos en esta circunstancia va a llegar a un riesgo de que esto se normalice más de lo que está. El segundo y tercer eje, aplicables cuando ya tengamos un fortalecimiento de la formalización, son la protección social y el empleo decente.
Anteriormente se indicó que se quería reducir la informalidad a un 70%. ¿Lo ve viable o hasta qué porcentaje quisiera reducir la informalidad?
Lo primero es que se tiene que fortalecer la Sunafil. Hoy existen cerca de 850 inspectores para todo el país. Eso no es suficiente. Ahora, lo que se tiene que hacer es una política de fortalecimiento de la Sunafil progresiva; que paulatinamente vaya teniendo más inspectores. Eso es lo primero. Pero no solo es eso, también se tiene que poner una ruta, se tiene que poner un norte. Un porcentaje muy importante de la hoja de ruta debe enfocarse en fiscalizar a los informales. De repente un 70%, un 80 % de las acciones pendientes podrían estar destinadas a ubicar el mercado informal.
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Entonces, ¿usted ve posible reducir la informalidad a 70%?
Yo no puedo hablar de cifras ni comprometerme con las mismas, pero lo que puedo decir es que hay que hacer un programa serio, aceptado, y que se entienda que no se puede hacer nada sin inspectores. No podemos tener 850 inspectores para todo el país. Yo creo que con 2,000 o 3,000 inspectores las cifras variarían. Eso involucra un gasto, eso implica el compromiso de varios sectores. Y a ello voy a ir. Tengo preparado un plan serio y usar técnicas hasta pedagógicas porque la gente tiene que entender el costo de la informalidad.
¿A quiénes debe llegar este mensaje que acaba de mencionar?
A las empresas y a los sindicatos. Los sindicatos tienen que hacer suyo el tema de la formalización. ¿Has visto a los sindicatos últimamente hablar sobre informalidad? ¿Les preocupa? No, pero no podemos pensar en nuestro sector y en nuestros sindicalizados solamente. Los sindicatos tendrían que ver el proceso de sindicalización, que implica tener más trabajadores formales.
¿Está diciendo que es responsabilidad de los sindicatos combatir la informalidad?
No, no es responsabilidad de nadie. Acá hay que conversar y hacer entender. Hay que buscar cambiar. Imagínense un mercado con un 50 % de informalidad. La cosa cambia, ¿no?
El público tiene que entender que la informalidad no solamente te quita dinero, salud o jubilación, sino que también afecta los proyectos de la siguiente generación. Porque si yo, por ejemplo, trabajo durante toda mi vida y no tengo una relación formal y llego a mi edad de jubilación y no tengo las fuerzas para seguir trabajando, mis hijos van a velar por mí pero les estoy frustrando su proyecto de vida. Este es un mensaje potente. Eso también significa la informalidad laboral. Hay que luchar contra eso.
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Propuestas para que empresas formalicen a sus trabajadores
¿Se ha pensado en crear algún incentivo positivo para que las empresas formalicen a sus trabajadores?
Ya ha habido dos normas de formalización laboral. Sin embargo, puede haber otras. Ya en el Gabinete escuchamos al ministro de Economía, quien viene preparando una nueva norma, y le pedimos participar en la preparación.
¿Qué podría contener esta norma?
Podríamos evaluar algunos puntos importantes. Algunos en la Academia dicen que en aspecto tributario, por ejemplo, otros dicen en el aspecto del trámite, la tecnología; para hacer una empresa nos absorbe los trámites. Entonces, de repente, se trata de buscar algo mucho más moderno. El tema no solamente tiene que ver con dar beneficios a la gente, sino con la simplicidad normativa.
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