Hasta el 2019, los 1,090 departamentos que formaban parte de la Villa Panamericana de Villa El Salvador, acondicionados hoy en día para atender a los pacientes afectados por el coronavirus COVID-19, se habían convertido en la principal carta de presentación de Besco.
Pero, con tres proyectos adjudicados por la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC), más sus nuevas apuestas en vivienda social, la filial peruana de la chilena Besalco ansía en retomar la construcción de proyectos mineros y continuará tentando suerte en concesiones, afirmó su gerente general, Javier Salazar.
Con la pandemia en plena segunda ola, ¿cómo les fue finalmente en el 2020?
No fue lo que habíamos proyectado pero tampoco fue un año malo. Fue muy similar al 2019, cuando terminamos con ventas por US$ 67 millones y entregamos algo más de 1,600 departamentos.
Para este año, ¿cuál es la meta que tienen en ventas?
Esperamos recuperar lo que inicialmente proyectamos para el 2020, la entrega de 3,000 departamentos y proyectamos ventas por US$ 160 millones, US$ 100 millones en la división inmobiliaria y la diferencia en infraestructura, en donde hoy tenemos tres obras adjudicadas de la Reconstrucción con Cambios, y mantenemos el proyecto de Quellaveco en plena ejecución.
¿Infraestructura representaría casi el 40% del negocio y su división inmobiliaria crecería cerca de 50%?
Correcto. Esperamos que esos US$ 100 millones en ventas se mantengan en el 2022 y el 2023. Y el crecimiento de cerca de 50% en lo inmobiliario era la meta que teníamos para cuando cumplamos 20 años, con la entrega de 11,000 departamentos, pero para los 25 años (en el 2024) apuntamos a la entrega de 22,000 departamentos. Ya el año pasado llegamos a entregar 14,000.
Para cumplir esa meta, ¿qué proyectos tienen en la mira?, ¿seguirán enfocados solo en Lima o mirarán otras regiones además de Piura?
De los 3,000 por año, 2,000 son de los proyectos propios de Besco y los otros 1,000 de los que tenemos en sociedad con Viva, en Comas. De los nuestros, la mayoría viene del proyecto del Rímac y mantenemos los de El Agustino, Callao, Chorrillos y Piura. Pero, tratamos de mantener nuestro banco de terrenos y por eso estamos viendo dos proyectos nuevos, uno en el Cercado de Lima y otro en San Juan de Lurigancho (SJL), pero también acabamos de comprar un terreno no muy grande en Chorrillos.
Lo de SJL y el Cercado, ¿se concretaría este año o del 2022 en adelante?
Hoy tenemos la opción de compra y como son proyectos de 1,300 departamentos, normalmente trabajamos el anteproyecto con el municipio y si se aprueba recién procede la compra y estamos justamente en ese proceso en el Cercado. Y, en SJL, el terreno necesita un cambio de zonificación que debería concretarse a finales del 2021 o principios del 2022 para poder ejercer la opción de compra.
La alianza con Viva, ¿hasta cuándo tiene vigencia?
Es un proyecto bien grande. Son 13,000 departamentos y tiene por lo menos para cinco años más.
¿Hay la posibilidad de replicar esa alianza con otra inmobiliaria o van a caminar solos?
Nosotros miramos proyecto a proyecto y no descartamos hacerlo porque a veces en vez de competir por un terreno es mejor trabajar en sociedad.
Considerando la magnitud de los proyectos de Besco y con miras a la meta de los 25 años, ¿el foco va a seguir siendo Lima?
Hemos estado bien consolidados en el tema de multifamiliares, es nuestro ‘core’ y obviamente en Lima porque cuando quisimos hacerlo en provincias, en Piura, encontramos que no es el producto correcto y, por eso, estamos analizando proyectos de vivienda social pero en un modelo unifamiliar dentro del segmento Techo Propio. No queremos concentrarnos solo en Lima porque hay también una necesidad importante de vivienda en provincias.
Además de Piura, ¿qué otras provincias están mirando?
Cuando hemos visto las estadísticas del Fondo Mivivienda las zonas más activas son las que tienen más trabajo formal y La Libertad, Ica, Chiclayo o Piura, son las zonas en donde el desarrollo de vivienda social ha ido de la mano con el trabajo formal, vinculado eso mayormente al sector agroindustrial.
¿Eso para cuándo lo tienen mapeado?
Durante el año, pero estamos analizando porque hay varios segmentos dentro de Techo Propio y queremos ver cuál es el que más se ajusta al perfil de Besco.
¿Qué tanto podría variar sus planes considerando el panorama político?
Confiamos en que el modelo económico se mantenga porque ha sido exitoso y los últimos 20 años así lo demuestran. Pero, tampoco podemos dejar de ver que hay un mensaje muy claro y, de repente, se ha fallado en trasladar ese crecimiento económico a toda la población. Estamos en vivienda social y queremos seguir trabajando ahí porque la demanda existe y en la medida que sintamos que la inversión privada es bienvenida y que el modelo económico se mantiene vamos a seguir apostando por el segmento de vivienda social.
En infraestructura, ¿cuáles son las metas con miras a sus 25 años?
Ya hemos ganado tres paquetes de la Reconstrucción con Cambios en Chimbote (S/ 90 millones), Tumbes (S/ 458 millones) y La Libertad (S/ 383 millones). En estos dos últimos estamos en sociedad con Stracon.
Con estos proyectos, el 40% que hoy significa su división de infraestructura, ¿se podría mover en los próximos dos años?
Va a crecer pero va a depender de los resultados de las obras de reconstrucción. Como objetivo sí me gustaría alcanzar una venta de US$ 90 millones o US$ 100 millones y estamos trabajando para eso.
¿Equipararán los ingresos al 50% o inmobiliario siempre va a tomar la delantera?
Lo inmobiliario siempre es más fácil planificarlo con un banco de tierras y en vivienda social, el segmento en el que estamos, la demanda existe. Pero, es más difícil en infraestructura porque nuestro foco siempre va a ser el sector privado y participamos de la Reconstrucción porque se maneja bajo el modelo G2G, pero dependerá de los proyectos que se den, sobre todo de los mineros.
¿Servicios mineros sigue siendo una tarea pendiente para su división de infraestructura?
Todavía es una tarea pendiente, desde hace dos años, pero ya estamos preparando una oferta de operación minera. No ha ido tan rápido como hubiéramos querido pero está ahí, como una meta. Y la sociedad con Stracon tiene esa meta.
Considerando el panorama político y económico, ¿en el 2023 ya se ven en servicios mineros?
Sí, esa sería la meta. El año pasado ha sido un bache en esa actividad porque se paró todo, pero confío que para los 25 años podamos cumplir y participar porque ya estamos presentando nuestra segunda oferta, en la primera no tuvimos suerte.
Otra de las metas que tenían era regresar al tema de concesiones, ¿se mantiene?
Lamentablemente no ha habido muchos procesos en ProInversión en los últimos dos años, pero hemos estado atentos a Obras por Impuestos (OxI) y estamos mirando algunos proyectos porque nos parece una buena oportunidad, miramos con interés el G2G para la ampliación de las líneas del Metro porque es algo que ya se ha hecho en Santiago de Chile.
Entonces, ¿van a seguir valiéndose del ‘know how’ en Chile para replicarlo acá?
Sí, es finalmente un poco el modelo, replicar la experiencia y traerla a Perú.