Hasta marzo, los pronósticos meteorológicos siguen siendo desfavorables tanto para la seguridad de la población ante una posible escalada de huaicos e inundaciones, como para las actividades agropecuarias, especialmente las que se desarrollan en el sur.
A la aguda sequía que ha afectado a la zona altoandina del país por varios meses, le ha seguido ahora la ocurrencia de lluvias, pero irregulares, que en algunas zonas ocurren en forma tan intensa que causan huaicos, pero en otras son tan leves que son insuficientes para los cultivos.
Así lo explicó a Gestión Glicerio Canchari, especialista en agrometeorología del Senamhi, que aseguró que las precipitaciones pluviales que se registran ahora han llegado de forma atrasada, pues se esperaban desde inicios de setiembre pasado, coincidiendo con el inicio de la temporada de siembra 2022-2023.
Cabe señalar que tal atraso, es decir la ocurrencia de una sequía, ha sido atribuida a la presencia del fenómeno La Niña, que, según el Enfen, recién se disiparía en el presente mes (luego de estar presente en el país por tres años consecutivos), lo que afectará a las siembras de papa, maíz, habas, quinua, cañihua, entre otros principales cultivos de la canasta alimenticia.
¿Cuál es el pronóstico?
Actualmente, según el especialista, las lluvias retrasadas, que empezaron en la segunda quincena de diciembre, no están siendo lo suficientemente abundantes como para permitir completar el periodo vegetativo de las plantas, sobre todo en la sierra sur y el altiplano.
“Tenemos cultivos que ya deberían estar avanzando en su etapa de floración y fructificación, pero en lo que va de febrero recién están entrando al periodo vegetativo, y el pronóstico es que entre fines de marzo y mediados de abril las lluvias disminuirán y empiecen las heladas”, alertó.
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Recordó que, en condiciones normales, en abril suele llegar a su fin el periodo lluvioso y comienza nuevamente la temporada de estiaje, que dura hasta setiembre.
Todo esto significa, concluyó, que se incrementa de manera significativa el riesgo de que esos productos sembrados y que están en periodo vegetativo tardío no se puedan cosechar, lo que hará caer la producción en regiones como Puno, Cusco, Apurímac, entre otras de la sierra sur.
Riesgo de grandes inundaciones
En general, anotó Canchari, la ocurrencia irregular de lluvias también afecta a otros cultivos e inclusive, al tener un mayor volumen las precipitaciones en algunas zonas, no permite descartar que puedan ocurrir grandes inundaciones en valles costeros.
Justamente este domingo un desborde en la zona de Pisco (Ica), arrasó más de 80 hectáreas de cultivos que estaban listos para su cosecha, entre ellos de mandarinas, maíz, espárragos y uvas.
En tanto, el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico -Ingemmet- ente adscrito al Ministerio de Energía y Minas, identificó un total de 1,485 zonas críticas donde pueden ocurrir huaicos, flujos de lodo, avalanchas de rocas (considerados movimientos en masa) el ámbito nacional.
Los departamentos donde se han registrado el mayor número de zonas críticas por eventos de movimientos en masa son Lima (237), Cajamarca (168), Áncash (123) y Arequipa (121), precisó la entidad.
Además, indicó que, a nivel nacional, existen 7,403 lugares expuestos a la ocurrencia de inundaciones considerados como críticos, de los cuales 6,993 fueron identificados por la Autoridad Nacional del Agua (ANA) y 410 fueron identificados por el Ingemmet.
Los departamentos con el mayor número de zonas expuestas a riesgo de inundaciones son Ica (846), Lima (741), Puno (657) y Loreto (610).
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Una de esas zonas con riesgo de inundaciones que identificó el Ingemmet es la quebrada situada en la provincia de Camaná, Arequipa, donde este domingo se registró un aluvión con fatales consecuencias para las poblaciones de la zona.
El presidente ejecutivo de Ingemmet, Henry Luna, refirió que la información sobre las zonas pobladas en riesgo de ser afectadas por huaicos ya había sido oportunamente comunicada a las autoridades locales en general, pero que éstas al parecer no le habrían dado importancia.