La situación de emergencia nacional que afronta el país por el brote del coronavirus ha afectado a distintos sectores, entre ellos a la producción de carne de cerdo, que tiene más de 3,000 toneladas de carne fresca a la espera de poder ser vendidas.
En diálogo con Gestión.pe, Ana María Trelles, gerente general de la Asociación Peruana de Porcicultores (Asoporci), reveló que son dos factores los que han generado que las ventas y el abastecimiento del sector registre una caída del 50% durante la emergencia. Estos dos factores son el cierre de restaurantes y el recorte de los horarios de atención en mercados y supermercados.
“Un 20% de las ventas del sector está orientada a los restaurantes, mientras que el recorte de los horarios de atención en mercados y supermercados y las restricciones también han afectado al sector. Al haber poca demanda, los productores se han visto obligados a bajar sus precios en un 25%. Sin embargo, en la cadena de distribución no se ha replicado esta disminución de precios”, manifestó Trelles, de Asoporci
La gerenta del sector porcicultor manifestó que, a pesar del duro impacto económico de las medidas adoptadas, su gremio respeta y comparte las disposiciones con el fin de evitar el mayor contagio del coronavirus. Sin embargo, también esperan que la cuarentena no se extienda por mayor tiempo. De ser así, deberán esperar a que la cuarentena termine para buscar estrategias que permitan recuperar al sector.
"Si se va a ampliar la emergencia, sí va a acentuar nuestras pérdidas porque ya no tenemos capacidad de cámaras de frío o frigoríficas para poder congelar el cerdo. Estamos tratando de colocar a un precio menor para superar el inconveniente", sostuvo la gerente de Asoporci.
Por otra parte, explicó que los mataderos de cerdo están funcionando solo dos días a la semana, por lo que se benefician menor cantidad de cerdo y se complica la distribución. De igual forma, la menor cantidad de cerdos beneficiados implica mayor cantidad de cerdos por alimentar.
“Estamos esperando la decisión del Gobierno. Estamos de acuerdo en las facilidades tributarias, pero que tambien se amplien a todas las empresas del país. No queremos que se rompa la cadena de pagos: si no se venden los cerdos, las distribuidoras e importadoras de maiz y de soya se pueden ver perjudicadas”, manifiesta Trelles.