El alejamiento del fenómeno La Niña, que luego de tres años continuos de presencia en el Perú finalmente se disiparía en enero próximo, según los pronósticos del Enfen, traería mejores condiciones para la pesca industrial en el 2023, según proyecciones del BCR y expertos del sector.
En primer lugar, el Banco Central de Reserva (BCR) reajustó más a la baja su proyección, que ya era negativa para el sector pesquero en el 2022, de -5.7% a -13.4% en su Reporte de Inflación de diciembre.
La contracción prevista se sustenta en que si bien aumentó la pesca para producir harina y aceite, se redujo la actividad pesquera industrial para consumo humano directo.
En el primer caso, precisó que la pesca industrial se incrementó en 5.9% interanual en el tercer trimestre del 2022, principalmente por la mayor captura de anchoveta (para consumo humano indirecto), que registró un aumento de 136.8%, tanto en la zona norte centro como sur del litoral.
Sin embargo, en ese mismo periodo la industria destinada al consumo humano directo retrocedió en -16.5% debido a la menor disponibilidad de recursos, como el calamar gigante (pota) y conchas de abanico, en un contexto de anomalías negativas en la temperatura del mar (que causó el fenómeno La Niña).
El alejamiento de La Niña ayudará al sector
Según el último comunicado del ENFEN (15 de diciembre), se cambió el estado del sistema de alerta por La Niña a “No Activo”, porque es más probable que la temperatura superficial del mar presente valores dentro del rango neutral desde diciembre del 2022 hasta inicios del otoño del 2023.
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En esa línea, el banco central reajustó al alza sus estimaciones de crecimiento para la actividad pesquera para el 2023, desde 5.3% que había previsto en su reporte de setiembre, a 11.6% en el correspondiente a diciembre.
Además, el reporte del ENFEN prevé, con relación a la anchoveta, que conforme se afiancen las condiciones oceanográficas neutras, dicho recurso retornará paulatinamente a su distribución habitual dentro de las 50 millas náuticas de la costa, específicamente en la zona norte centro.
La presencia de La Niña y la reducción que ocasiona en la temperatura del mar a niveles debajo de lo normal en el litoral peruano, provocó que los cardúmenes de anchoveta se dispersen, lo que dificultó su captura por parte de la flota industrial.
Además, el ENFEN indica que el calamar gigante o pota (el otro recurso de mayor captura en el litoral) mantendrá su disponibilidad y abundancia en la zona norte y sur del mar peruano, conforme a su estacionalidad.
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Proyección de la SNP
Por su parte, la presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería, Cayetana Aljovín, indicó a Gestión que coinciden con las proyecciones del BCRP en el sentido que en este año (2022) se registrará una caída en el sector pesquero.
Ello, refirió, por cuanto, según prevé ese gremio, se estaría cerrando el año con aproximadamente 1 millón de toneladas de anchoveta menos desembarcadas que el 2021, lo cual impacta en la producción de ingredientes marinos (harina y aceite de pescado).
“Ello ha sido motivado por el menor desembarque en el mes de enero y el inició tardío de la segunda temporada de pesca que ha implicado una importante caída en los desembarques de noviembre comparado con los desembarques del 2021″, explicó.
En lo que respecta al 2023, considerando que las condiciones neutras a frías en el mar peruano se mantendrían durante el próximo año, podemos esperar un desempeño similar al 2021, siempre y cuando las temporadas se abran de manera oportuna, apuntó Aljovín.
“Sin embargo, las predicciones en el sector pesquero son difíciles por la variabilidad ambiental, a lo que se suma la incertidumbre política, que afecta no solo al sector pesquero sino a todos los agentes económicas, sean estos grandes, pequeños o medianos. Asimismo, confiamos que en esta nueva administración regrese la capacidad técnica al sector Produce a fin de contar con políticas públicas transparentes y predecibles”, puntualizó.
Perspectiva de los expertos
Por su parte, Luis Icochea, investigador de la Universidad Agraria La Molina y ex director de Imarpe, consideró que hay buenas perspectivas para la pesca, pues además se aprecia menor presencia de ejemplares juveniles de anchoveta. Cuando hay más volumen de juveniles en los cardúmenes a pescar, se tiene que interrumpir las faenas, mediante vedas, para proteger el recurso.
A su turno, Abraham Levi, especialista de Ambiental Andina, indicó que, en la segunda temporada de pesca de anchoveta que se desarrolla actualmente, se reportan capturas de entre 40,000 a 50,000 toneladas, volúmenes razonablemente buenos.
Pero, para el presidente del Comité de Pesca de la SNI, Alfonso Miranda, si no se adoptan ahora medidas para restaurar los incentivos para la acuicultura, que explica parte de la pesca para consumo humano directo, se puede afectar esta última actividad.
Explicó que hasta ahora no se somete a debate, en el pleno del Congreso, el proyecto de ley que plantea restituir los beneficios tributarios para la acuicultura, como son la reducción del Impuesto a la Renta al 15% (desde el 30% aplicado a todas las actividades) y la depreciación acelerada.
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Refirió que, de los US$1,500 millones que exporta anualmente el sector de pesca para consumo humano directo, unos US$350 millones lo aportan empresas dedicadas a la acuicultura.
Además, refirió que de enero a noviembre la exportación de la industria pesquera para consumo humano directo se contrajo en 26% en volumen, si bien en valor (por mejores precios) creció en 0.65%.
En tal sentido, Miranda, ex viceministro de Pesca, instó al Legislativo a someter a votación el mencionado proyecto de ley, teniendo en cuenta que se acerca el fin de la legislatura.