El 2020 fue complicado para la producción del carmín de cochinilla, dada una especulación de precios en la cadena de abastecimiento y alza de fletes de importación para insumos.
Si bien la demanda de su uso en cosmética y golosinas también disminuyó por la pandemia, el sector de embutidos y lácteos como el yogurt de fresa impulsó un balance, logrando que la producción de cochinilla se mantenga en un crecimiento orgánico de entre 2% y 3%.
A pesar de estos factores, actualmente el consumo global del carmín de cochinilla es en alrededor de 3,000 toneladas, dónde Perú ocupa el 90% de la oferta global, y un mercado de exportación en más de US$ 50 millones con destinos importantes como Estados Unidos, Europa, China y Rusia.
Como se recuerda, hacia finales del 2019 hubo una sobreoferta, lo cual generó el menor precio de los últimos diez años.
Por tanto, la cadena de abastecimiento empezó a especular con el carmín de cochinilla, sabiendo que su precio iba a subir eventualmente, y para el 2020 se preveía que Perú podría perder su posicionamiento como proveedor. Sin embargo, según el presidente de Colorantes Naturales de Adex, Ruy Elías, se logró ajustar el precio hacia un nivel más saludable y se mantuvo de manera estable más de un año.
“En ese momento, se trató de concientizar a toda la cadena para que mantengamos un abastecimiento constante, los precios se ajustaron hacia un nivel mínimo, pero dentro de un nivel saludable sin llegar a ser especulativo. Recuerdo esta época donde se manifestaron estas dificultades y a las compañías le costaba tener materia prima para el carmín de exportación”, indicó.
Obstáculos en pandemia
Hubieron dos dificultades que se sumaron a la producción del carmín de cochinilla: la importación de insumos y al alza de fletes de exportación. En el primero, se necesitan insumos químicos y materiales de empaque, cuyas materias primas no se producen en Perú.
“Estos insumos empezaron a escasear o demorar, con lo cual tuvimos que enfrentar retos para generar inventarios o absorber costos para continuar exportando”, refirió Elías.
En la actualidad, el 60% de la industria usa colorantes naturales como el carmín de la cochinilla, quedando un 40% que todavía usa la coloración sintética derivada del petróleo. En vista del segundo factor logístico como el alza de fletes de exportación, que si bien subió para todos los rubros y no le restó competitividad a la cochinilla, si se ha generado una ralentización en lo que se preveía para la migración de colorantes sintéticos hacia los naturales como el carmín.
Por otro lado, pese a que el carmín de cochinilla se considera un colorante natural y el mercado de alimentos está buscando cada vez tener composiciones sencillas, hoy hay una tendencia hacia la producción vegana como el uso de extracto de zanahoria negra (Turquía) y rábano (China).
“Creemos que todavía el mercado de carmín podría continuar teniendo un crecimiento orgánico saludable durante muchos años. El uso de estos productos veganos de igual manera resultan costosos frente al carmín, el cual incluso resiste condiciones agresivas de procesamiento”, agregó.
Precisiones
- El principal territorio de la cochinilla es Arequipa (70%), Tacna (10%), Nazca (5%), Ayacucho y Ancash.
- El carmín de cochinilla en polvo es del mayor demanda para exportación.