El Instituto Peruano de Economía (IPE) actualizó su proyección de crecimiento económico del Perú de 2.4% a 3% para este año, ante una mejora en el entorno para el gasto privado.
Según indicaron, para el 2024, las perspectivas de crecimiento de la economía nacional han mejorado debido a condiciones externas más favorables, principalmente con el repunte de los precios de los minerales, así como la continua moderación de presiones inflacionarias y una mayor confianza de los hogares y empresas.
La economía peruana muestra señales de mayor dinamismo tras alcanzar un crecimiento de 1.4% del Producto Bruto Interno (PBI) en los primeros tres meses del año. Incluso, las últimas cifras oficiales muestran que la producción nacional tuvo un avance de 5.3%, el mayor crecimiento observado desde septiembre del 2021.
“Este resultado fue impulsado por los efectos de mejores condiciones climáticas en la agricultura tradicional y la pesca industrial en relación con el año pasado. Esto fue complementado por el mayor avance de los sectores vinculados a la demanda interna, como manufactura no primaria, construcción, comercio y servicios, que fueron favorecidos por dos días útiles adicionales de actividad frente al mismo mes del 2023″, precisa el IPE.
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El alto crecimiento económico habría continuado en mayo ante un impulso favorable que seguirían viendo sectores como el agro y la pesca, que el año pasado estuvieron golpeados por los efectos climáticos.
Además, el IPE indica que la mayor parte del aumento en la proyección para este año se explica por las mejores condiciones para el gasto privado.
“Los riesgos están sesgados al alza debido a las fuentes extraordinarias de liquidez que experimentarán los hogares a partir del tercer trimestre”, sostienen.
Cabe mencionar que, la liberación de fondos de las AFP y la CTS, que brindará soporte para una aceleración del gasto privado en el segundo semestre del año.
¿Qué esperan para el 2025?
El IPE indica que para el 2025 mantienen su proyección de crecimiento de 2.8%, con un entorno de menores tasas de interés y una continua moderación de las presiones inflacionarias.
Pese al pronóstico positivo, advierte que existen riesgos sobre el gasto privado debido a que el 2025 es un año preelectoral, lo que podría generar incertidumbre en los consumidores.