El peso mexicano es una roca de estabilidad este trimestre a medida que casi todo a su alrededor cae, lo que debilita una correlación con los bonos del Tesoro de Estados Unidos que ha marcado su suerte durante las últimas dos décadas. Ahora, está listo para la prueba del riesgo de una recesión en Estados Unidos.
Hasta el jueves, el peso se había fortalecido alrededor de un 0.5% frente al dólar desde finales de marzo, siendo la moneda de mercado emergente con mejor desempeño después del sol peruano y el rublo ruso, que solo avanzó debido a los estrictos controles de capital.
Pero no debería ser así. El peso se negocia las 24 horas del día en los mercados financieros de todo el mundo y, por lo general, se utiliza como cobertura contra riesgos globales o de mercados emergentes. Sin embargo, desde finales de marzo, ni una caída de las acciones estadounidenses, ni un repunte del dólar o, lo que es más importante, ni un aumento en los rendimientos del Tesoro estadounidense han podido socavar la moneda.
“El superpeso está generando muchas interrogantes”, dijo Dirk Willer, director de estrategia de mercados emergentes de Citigroup con sede en Nueva York. “El hecho de que hayamos visto esta volatilidad durante bastante tiempo y el peso esté sólido como una roca, es una sorpresa”.
Entre marzo y abril, los rendimientos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años experimentaron aumentos mensuales consecutivos que superaron los 50 puntos básicos por primera vez en dos décadas. Sin embargo, el peso avanzó frente al dólar en marzo, antes de retroceder en abril.
En lo que va de mayo, los rendimientos estadounidenses a 10 años han disminuido 16 puntos básicos, impulsando el peso en más de un 3%.
“Si hay un quiebre estructural en el comportamiento del peso en relación con la volatilidad de la renta fija de Estados Unidos, la fortaleza del tipo de cambio puede continuar”, señaló Willer.
Tenencia extranjera
Una teoría para explicar la resiliencia del peso es la disminución de la tenencia extranjera de los bonos del Gobierno en moneda local de México, que este mes cayó por primera vez desde el 2011 brevemente por debajo del 38%.
Las tenencias más bajas tienden a significar menos necesidades de cobertura por parte de los inversionistas de renta fija en tiempos de volatilidad como ahora, lo que reduce la presión de venta sobre la moneda, según Willer de Citigroup.
El atractivo carry trade de México, además de una estricta política fiscal y monetaria, debería ayudar al peso a liderar el grupo entre sus pares latinoamericanos en los próximos meses, escribieron analistas de Bank of America Corp. encabezados por Carlos Capistrán, jefe de economía para Canadá y México, en un informe a principios de esta semana.
El retorno del carry trade ajustado por volatilidad del peso ahora supera cómodamente al del real brasileño, el rand sudafricano y el yuan chino extraterritorial. Además, se espera que el Banco de México aumente su tasa de política monetaria en al menos otros dos puntos porcentuales y se mantenga fija durante el 2023, según las valoraciones del mercado de swaps. Por el contrario, los políticos chinos están en camino a relajar la política monetaria, mientras que los mercados brasileños descuentan dos puntos porcentuales de recortes de tasas para el próximo año.
“El superpeso atraviesa un período de notable estabilidad y fortaleza” y es un gran candidato para los buscadores de carry trade debido a los altos rendimientos y la baja volatilidad, dijeron analistas de BofA. El banco ve pocos “catalizadores a corto plazo que puedan desanclar al peso mexicano”, pero espera que la moneda se deprecie a 21 por dólar para fin de año y a 22 por dólar para fines del 2023 como resultado del bajo crecimiento.
Es una percepción parcialmente compartida por Andrew Stanners, director de inversiones con sede en Londres de Aberdeen Asset Management Plc, que ha sido un optimista sobre el peso este año y que sigue siendo “ligeramente constructivo” sobre la moneda.
¿Seguirá fortaleciéndose el peso?
“Desde el punto de vista de las valoraciones, debajo de 20 por dólar comienza a sentirse un poco caro para mí”, dijo Stanners a Bloomberg. “A medida que nos acercamos a una recesión en Estados Unidos, esto seguramente pesará sobre el peso”.
La moneda mexicana cerró las cotizaciones del jueves en 19.77 por dólar, cerca de la zona de 19,72-19,73 que ha limitado repetidamente sus ganancias desde principios de abril. Una ruptura de dicho nivel abriría un camino hacia los 19.50 por dólar, nivel que ha resultado imposible de traspasar desde que comenzó la pandemia en marzo del 2020.
Stanners dice que la postura restrictiva del banco central bajo su nueva gobernadora, Victoria Rodríguez, podría ayudar por ahora. Las actas de la última reunión de política monetaria del banco publicadas el jueves fueron vistas como un respaldo a las apuestas de un aumento mayor de tasas en junio, de 75 puntos básicos, lo que podría dar más apoyo al peso
“Los comentarios y votaciones más restrictivos de Banxico han coincidido muy bien con el telón de fondo de las preocupaciones sobre el crecimiento de Estados Unidos”, dijo.