Para los mercados mundiales del azúcar, la situación está empezando a parecerse mucho a una de las peores escaseces de la historia.
Años consecutivos de déficits, daños en cultivos clave causados por el clima y cuellos de botella en el transporte marítimo le recuerdan a la principal empresa comercializadora de azúcar del mundo lo vivido en los años 2010 y 2011, cuando los precios del endulzante alcanzaron un máximo de tres décadas.
“Las condiciones actuales son inquietantemente similares”, dijo Mauro Angelo, director ejecutivo de Alvean, una comercializadora controlada por el productor brasileño Copersucar SA.
La compañía espera un sexto año consecutivo de déficits en la próxima temporada, ya que las malas perspectivas para las cosechas de India reducirán las reservas mundiales de azúcar. Para empeorar las cosas, Brasil, el principal productor, está viendo una repetición de los retrasos experimentados en la década pasada, los que mantienen al mundo con un suministro insuficiente.
“Las lluvias en India han sido horribles y los depósitos de agua están extremadamente bajos, por lo que la próxima cosecha podría ser incluso peor que la actual”, dijo Angelo en una entrevista.
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No se espera que India envíe azúcar para la temporada que acaba de comenzar, un cambio respecto de hace dos temporadas, cuando las exportaciones ascendieron a 11 millones de toneladas. Eso significa que los mercados dependen de Brasil, dijo Angelo, lo que hace que los precios sean extremadamente sensibles a problemas como lluvias inoportunas que amenazan con interrumpir las cosechas o retrasar la carga de barcos.
El azúcar ya se está acumulando en los puertos brasileños dado que la infraestructura del país está al límite de su capacidad máxima. Las abundantes cosechas de soja y maíz están haciendo que el edulcorante compita por espacio en puertos y ferrocarriles, mientras que las fuertes lluvias recientes aumentaron el tiempo que los barcos tienen que esperar para cargar.
El director general de Alvean dijo que cree que los problemas logísticos probablemente impidieron que Brasil enviara al menos 1 millón de toneladas de azúcar en octubre, una pérdida que el país difícilmente podrá compensar en los próximos meses. Esto se debe a que los puertos abarrotados no tendrán la capacidad de manejar volúmenes adicionales, y pronto una nueva cosecha de soja llenará el espacio de almacenamiento una vez más.
Debido al poco inventario en países que dependen de las importaciones para satisfacer la demanda, Angelo prevé el riesgo de interrupciones a la cadena de suministro.
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