La demanda de cobre y aluminio en China ha sido sorprendentemente sólida a pesar de la crisis del sector inmobiliario del país, impulsada por los pedidos de los sectores de electrodomésticos, vehículos eléctricos, solar y eólico.
Según comerciantes, analistas y productores, esto ha contribuido a sostener unos precios del cobre que, de otro modo, serían débiles en todo el mundo, y ha hecho subir los del aluminio en el mayor consumidor mundial de metales.
Por ejemplo, la producción china de electrodomésticos de alto consumo de cobre, como refrigeradores y aparatos de aire acondicionado, creció dos dígitos en los ocho primeros meses del año. Y en setiembre, la actividad de las fábricas creció por primera vez en seis meses.
“El cobre tiene una historia clara: la demanda es bastante fuerte, a pesar de los problemas del mercado inmobiliario”, afirma Dan Smith, responsable de investigación de la correduría Amalgamated Metal Trading (AMT).
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Una fundición de cobre china declaró que sus existencias se han reducido a la mitad de lo habitual en esta época del año.
“Tras la reciente caída del precio (del cobre), el volumen de compras ha aumentado”, declaró un responsable de la fundición, entre cuyos clientes figuran fabricantes de tubos y empresas del sector de las energías renovables.
Incluso en el maltrecho sector inmobiliario chino, la construcción de inmuebles creció un 19% entre enero y agosto. Tanto el cobre como el aluminio se utilizan en esta fase de la construcción de viviendas.
El estímulo chino dirigido al mercado inmobiliario ha favorecido la demanda de cobre, dijo He Tianyu, analista con sede en Shanghái de la consultora CRU Group.
“No creemos que la construcción este año o el próximo vaya a tener malos resultados”, añadió.
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CRU ha pronosticado que el consumo chino de cobre, incluyendo el refinado y la chatarra, podría crecer un 5.7% este año, frente al crecimiento del 1.8% en 2022.
Sin embargo, el aumento de la oferta, la debilidad de la demanda mundial y la fortaleza del dólar causada por las altas tasas de interés podrían mantener a raya los precios del cobre hasta el próximo año, según los analistas.
El cobre cotizaba a US$ 7,995 la tonelada métrica a las 0757 GMT, un 4.5% menos en lo que va del año. Los precios alcanzaron los US$ 9,550.50 a principios de año.
Pero otros datos inmobiliarios chinos no auguran un fuerte crecimiento de la demanda de metales a más largo plazo.
La construcción de viviendas en China cayó un 24% en los ocho primeros meses del año y ha seguido una tendencia a la baja desde julio de 2021. Los inmuebles en construcción cayeron un 7% en el mismo periodo y llevan en terreno negativo desde mayo de 2022.
Los datos de COMEX mostraron que las posiciones cortas netas sobre el cobre saltaron a 77,276 contratos hasta el 26 de setiembre, las más altas desde marzo de 2020, cuando empezaba a extenderse el COVID-19.
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“Seguimos siendo cautelosos sobre las perspectivas a corto plazo para el cobre, y China sigue siendo una fuente clave de cautela”, dijo la analista de ING Ewa Manthey, pronosticando que los precios del cobre LME promediarán US$ 8,582 por tonelada en 2023.
La demanda de aluminio en China se ha visto impulsada por el fuerte crecimiento de las instalaciones de energía solar, que ha aumentado casi un 160% en lo que va de año, y la demanda también ha procedido de las líneas de transmisión de electricidad de ultra alta tensión y de los vehículos eléctricos, escribieron los analistas de Citi.
Mientras que los precios de los futuros del aluminio en China se han disparado a máximos de 15 meses y han registrado un crecimiento del 8% en lo que va de año, los precios de referencia de Londres han registrado una caída del 6%.
“La demanda es mala, muy mala”, dijo un comerciante de aluminio que vende a mercados fuera de China.
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La prima de los envíos de aluminio japonés para octubre-diciembre se desplomó un 24% respecto al trimestre anterior, la prima europea cayó a su nivel más débil desde abril de 2021, mientras que la prima estadounidense rondaba su nivel más bajo desde principios de 2021.
“Los precios del aluminio, a corto plazo, seguirán siendo volátiles, ya que la atención del mercado se centrará en el panorama macroeconómico más amplio, con el debilitamiento del crecimiento mundial pesando sobre la demanda de aluminio”, dijo Manthey de ING.
Manthey prevé que los precios en Londres se sitúen en un promedio de US$ 2,283 la tonelada este año, frente a los US$ 2,244 actuales.
Sin embargo, Smith, de AMT, espera que los precios del aluminio en Londres aumenten por la fuerte demanda y el limitado crecimiento de la oferta en China.
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