Los especuladores del mercado del cobre, considerado como un indicador de la salud de la economía, apuestan por que la desaceleración mundial implica que el metal utilizado en la energía y la construcción tendrá que seguir cayendo pese a su reciente repunte.
Los últimos datos muestran que hay más fondos con posiciones bajistas que alcistas en la Bolsa de Metales de Londres (LME) y en COMEX.
El cobre de referencia de la LME, a unos US$ 8,160 la tonelada, ha subido un 18% desde que tocó su mínimo en 20 meses el 15 de julio.
No obstante, ha declinado un 25% desde que tocó el récord de US$ 10,845 la tonelada en marzo, debido a la desaceleración del crecimiento en el principal consumidor, China, y a una serie de agresivas subidas de las tasas de interés que amenazan con una recesión mundial.
“Los fondos han estado acumulando posiciones cortas en previsión de una recesión”, dijo Ole Hansen, jefe de estrategia de materias primas de Saxo Bank en Copenhague.
Los datos de la correduría Marex muestran que la posición corta especulativa neta en el cobre de la LME es menor, pero sigue siendo el 24% del interés abierto o 1.4 millones de toneladas a partir del 4 de agosto.
Los datos de COMEX muestran que los gestores de dinero eran cortos netos en 17,715 contratos de cobre o 200,888 toneladas el 2 de agosto, 2,042 contratos menos que una semana antes.
Algunos inversores han estado comprando opciones de venta, que dan al titular el derecho a vender cobre a un precio específico en una fecha fija en el futuro.
Un operador de opciones, que pidió no ser nombrado, dijo que muchos especuladores habían estado utilizando las opciones de la LME para apuntar a la baja.
Algunos de esos niveles corresponden a los costos marginales de producción que los inversores suelen usar para calibrar hasta dónde podrían caer los precios de los metales en un escenario bajista.
Los costos directos de la fundición de cobre en el 10% de los productores de mayor coste son de US$ 5,085 la tonelada, que se elevan a US$ 6,000-US$ 6,400 cuando se incluyen los gastos de capital de sostenimiento -necesarios para mantener la producción actual-, dijo Morgan Stanley en una nota.
Si el precio se mantuviera por debajo del costo marginal durante un periodo prolongado, las pérdidas podrían obligar a algunos productores a cerrar.