Para algunos, el estancamiento no es siempre una mala noticia. Los gestores de capital privado y sus inversores, preocupados por los planes progresistas de un aumento de impuestos y la regulación de su industria, se sienten aliviados de que la posibilidad de una “ola azul” que habría dado a los demócratas el control de la presidencia y ahora ambas cámaras del Congreso ahora parece poco probable.