Las protestas sociales y bloqueos continúan en el sur del país, y el pesimismo debido a su impacto no solo es por parte de las empresas, sino también en los consumidores.
Según un reciente estudio de Impronta Research, que recogió información entre el 3 y 17 de enero del 2023, el 43% de personas o consumidores a nivel nacional señala que el impacto de la convulsión social y política será desfavorable o muy desfavorable en la economía local.
“En estudios del año pasado, hemos identificado que, por lo general, el peruano no veía que la economía mejore en el corto y mediano plazo. Ahora sumamos este factor (escala de protestas sociales). Esperábamos que sean más los que señalen que habría un impacto negativo, aunque, como mencionamos, ya estaban bastante pesimistas. No obstante, hay picos (de pesimismo) si se ve por zonas”, dijo José Oropeza, socio y director de Impronta Research.
Este impacto, justamente, es más acentuado en la zona sur, donde el registro es del 51% (en el norte es 40% y en Lima 41%). En particular, el 39% prevé un impacto desfavorable y otro 12%, muy desfavorable.
Aquellos que reportaron que no habría cambios, o que el impacto es favorable o muy favorable, son el 19%, 20% y 11%, respectivamente.
“Si bien es más notorio el pesimismo en la zona sur, las demás (zonas) no se desconectan del resto del país, y también se observan porcentajes relevantes de aquellos que sugieren que el actual contexto será negativo para la actividad económica”, indicó.
Jorge Ojeda, docente de la Facultad de Negocios EPE de la UPC, indicó que el pesimismo es un factor que se puede prolongar más allá de lo que duren las protestas.
“No se va revertir (el pesimismo) apenas paren los bloqueos o paralizaciones. Por ejemplo, el turismo ya perdió una temporada clave en el sur y la imagen en el extranjero no es buena. Otras actividades de suma importancia como minería, por su acción en el canon y empleos indirectos, se ven afectadas. Esto es fácilmente percibido por el poblador del sur y no esperan que la economía vaya bien”, apuntó.
Es de resaltar que, según Oropeza, entre aquellas personas de la zona sur optimistas respecto al escenario político y social hay una alta concentración del nivel socioeconómico (NSE) D. Por otro lado, aquellos pesimistas son más del NSE A y B.
“Una parte de la explicación pasa por el mayor grado de instrucción que usualmente tienen aquellos con NSE mayores. Esto lleva a que se entienda más la situación actual y lo podría pasar con la economía. Por otro lado, también se debe tomar en cuenta que los niveles socioeconómicos más bajos vienen de un punto de partida distinto. Es decir, son quizá ya más pesimistas, por lo que, bajo su percepción, no se podría estar peor y pueden pensar que a futuro mejorarían”, dijo Ojeda.
LEA TAMBIÉN: Crece el pesimismo de empresas sobre la demanda de sus productos en el verano
Impacto en su canasta familiar
Respecto al impacto en el presupuesto familiar, 34% de los peruanos prevé un efecto desfavorable o muy desfavorable, mientras que hay otro 37% que considera que no habría cambios.
“Tomamos con pinzas cuando mencionan que no habría cambios tras las protestas, pues esto no significa que estén bien. De hecho, de nuevo basándonos en sondeos anteriores, al haber ya pesimismo sobre la economía nacional y familiar, el seguir en la misma situación no es nada positivo”, apuntó Oropeza.
Ojeda señaló el “factor de mayor control” como fuente de algo más de optimismo en cuanto al presupuesto familiar si se compara con lo que se espera de la economía.
“El mayor optimismo cuando se habla de la economía familiar puede pasar por el control que se tiene de su propia situación. Es decir, hay quizá una mayor confianza por poder tomar decisiones que pueden impactar en sus gastos. Cuando se piensa en la economía, esto no pasa”, anotó.
Entre zonas, los resultados son parejos, aunque con un poco más de pesimismo en la zona norte. En cuanto al NSE es de resaltar que los peruanos del segmento D son los que más señalan un impacto negativo en sus gastos familiares (aunque hay un 33% de este segmento que indica que iría mejor).
“Se debe tomar en cuenta que del NSE hay muchas personas que viven del día a día, por lo que las protestas o bloqueos pueden terminar por impactar su flujo de ingresos. Un día de paro para ellos puede ser crucial en sus gastos del hogar”, indicó Oropeza.
Tomarán deuda en estos meses
Según el estudio de Impronta, el 57% de peruanos (6 de cada 10) tomó deudas, entre formal e informal, en los últimos seis meses para cubrir gastos corrientes del hogar.
De este grupo, el 35% tomará nuevamente préstamos para estos fines en estos primeros meses del año. Aquí la mayor incidencia (de tomar deuda o probablemente hacerlo) es en Lima (39%), seguido por la zona sur (37%).
“En los seis últimos meses los peruanos se financiaron por bancos o cajas (préstamos), amigos o familiares, tarjetas de crédito, entre otros. Creemos que esta dinámica se repetiría en los nuevos préstamos. Hay una conjunción de factores que llevan a este escenario, principalmente: una economía en desaceleración, inflación alta y ahora la escala de protestas que impacta en los dos factores anteriores”, apuntó José Oropeza.
Ojeda destacó el impacto negativo en los comercios y la posible toma de deuda por el escenario social.
“Hay comerciantes que han tomado deuda y prácticamente han perdido mercadería. Eso llevaría a que se financien nuevamente para, esta vez, cubrir gastos. En el segmento formal encontrarán muchos una barrera, pues la morosidad ha crecido en, por ejemplo, cajas. Entonces la recolocación de créditos sería baja”, anotó.
LEA TAMBIÉN: Créditos caen en S/ 1,000 millones en diciembre en zonas de mayor convulsión social