Son tres las demandas laborales más frecuentes: las relacionadas al reconocimiento de una relación laboral, al pago de beneficios sociales y los cuestionamientos en caso de darse un despido.
En el primer caso, si el trabajador va a laborar a la oficina con frecuencia, será más probable que el fallo sea favorable al reclamo del trabajador.
“En esos casos será más fácil determinar que hay una relación laboral encubierta y al trabajador le corresponderá todos los beneficios por contrato de trabajo”, indicó la abogada laboralista Pamela Navarro, Directora de Atalla Legal.
Explicó que los beneficios sociales son el pago de la CTS, gratificaciones, goce de vacaciones y pago de utilidades, en caso la empresa las haya generado.
En el caso de los despidos, para que estos se encuentren justificados, la empresa debe haber seguido un proceso donde el trabajador presente sus descargos y se evalúe si la falta es suficientemente grave.
La normativa laboral ha establecido una lista de faltas graves que pueden justificar el despido del trabajador.
Por ejemplo, si entrega a terceros información reservada de la empresa, si asiste a laborar de forma reiterada en estado de embriaguez o bajo los efectos de drogas; o si comete actos de violencia en el centro de trabajo.
Otras faltas graves causales de despido son la inasistencia injustificada por más de tres días consecutivos; o de más de cinco días en un periodo de treinta días calendario; o más de quince días en un período de ciento ochenta días calendario.
El plazo para demandar el pago de beneficios sociales vence tras cuatro años, refirió Navarro. Mientras que en el caso de despidos, el plazo para demandar un cese injustificado es de treinta días tras ocurrida la medida.
La demanda se interpone en el Poder Judicial. “No es muy costoso, pero es un proceso largo, pues entre la primera y segunda instancia puede demorar unos tres años en promedio”, refirió Navarro.