La evolución de las empresas hacia una operación basada en los datos, una tendencia también conocida como data-driven, rompe con los paradigmas.
Hoy confiamos en nuestros algoritmos para predecir la demanda y, de esa manera, controlar la producción, maximizar la eficiencia en los procesos, reducir costos y lograr mayor recomendación del cliente -porque con su satisfacción ya no nos contentamos-.
Además, contamos con soluciones de identificación biométrica que, en tres segundos, permiten identificar al cliente que está llamando. Lo saludamos por su nombre, tenemos en pantalla todas sus relaciones con nosotros y le creamos una experiencia personalizada.
Los datos nos permiten conocer sobre el cliente más cosas de las que él sabe sobre sí mismo. En la medida en que se avanza hacia un mercado único de datos con derechos de acceso y portabilidad, la capacidad para personalizar la oferta, reduciendo riesgos, crecerá.
Pero, los datos no son una fuente de valor si están aislados. Son un facilitador para conseguir que las iniciativas resulten exitosas a mayor velocidad. La fuente de valor son las personas, los equipos creadores y los gestores de iniciativas.
Coincido con Pilar Rojo, de IE Business School, cuando dice que “la tecnología y el talento son un perfecto binomio para encarar el futuro”. El liderazgo acertado es aquel que está invirtiendo en simultáneo en talento y en tecnología.
Así como los datos son valiosos para personalizar la oferta, también lo deben ser para gestionar de manera acertada al equipo. La pregunta es si estamos dedicando tiempo a escuchar a las personas que laboran con nosotros y si en nuestra mente contamos con un “algoritmo” que nos ayuda a conocer y entender a nuestros colaboradores.
Un líder consciente es aquel que personaliza la dirección de cada uno de los miembros de su equipo partiendo de la información que obtiene sobre él o ella. Asimismo, utiliza el método de la cercanía para conseguir un equipo feliz, y que unido a la eficiencia, incrementa la rentabilidad. Este último indicador depende de poner primero a las personas y, después, los datos.
Las claves
Visión. Necesitamos mantenernos obsesionados con las necesidades de nuestros equipos y clientes.
Reto. El entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo, nos obliga a gestionar datos y emociones con habilidad y agilidad.
A considerar. Los datos pierden vigencia con rapidez. Debemos estar cerca de los equipos y los clientes todo el tiempo.
El dato
A nivel mundial, el 85% de trabajadores admite que su trabajo no le satisface y no están comprometidos, según la encuesta Gallup.
Sobre Ignacio Quintanilla
Es especialista en programas de upskilling y reskilling para el sector empresarial. Actualmente es director general de Eskeel, a cargo de las operaciones de España y Latinoamérica y miembro del Grupo EOBS (European Open Business School), así como de diversos comités de dirección en empresas globales top 10 del sector financiero.
Ignacio cuenta con experiencia internacional liderando posiciones comerciales, de marketing y de data analytics, locales y corporativas, y es autor del libro sobre liderazgo “Tres Minutos Basta” publicado en Madrid y del podcast “Tres Minutos Basta” en spotify y otras plataformas.