No es un secreto que los profesionales de hoy buscan entornos en los que puedan prosperar mental y emocionalmente. Los trabajadores son menos tolerantes ante el trato hostil, la mala comunicación y el drama de la oficina.
Escapar de la avalancha de estrés de trabajar en una situación disfuncional puede ser una bendición para su bienestar. Sin embargo, dejar completamente de lado los efectos de un lugar de trabajo tóxico puede ser difícil. He aquí cómo sanar, seguir adelante y triunfar en su nuevo rol.
Encuentre un cierre
Puede albergar resentimiento hacia aquellos que lo maltrataron. O tal vez en su cabeza repita, una y otra vez, situaciones y conversaciones mientras se pregunta qué podría haber hecho o dicho de manera diferente. Este tipo de rumiación es común y comprensible. El cerebro odia la ambigüedad e intentará buscar respuestas a las malas acciones, incluso si ello no nos beneficia.
Salirse de un trabajo (tóxico o no) es una pérdida, así que bríndese el espacio para llorar. Considere un ritual de liberación, como escribir una carta de “despedida” (que no envíe), archivar o eliminar sus archivos de trabajo o triturar documentos antiguos.
Tome el control de lo que pueda
Nadie merece ser maltratado, intimidado o abusado, sin embargo, culparse a usted mismo es una respuesta típica ante el trauma. Quizá se encuentre preocupado por cuestionar sus acciones o sienta vergüenza por el trato que sufrió. La autocompasión contribuye en gran medida a reconstruir su confianza y a recuperar su poder a través de una acción constructiva que fortalece su sentido de sí mismo.
Por ejemplo, si en su último puesto se esperaba que usted respondiera las 24 horas del día, no es productivo castigarse por ser un pusilánime y caer en un equilibrio poco saludable entre el trabajo y la vida personal. Después de todo, su empleador anterior es responsable de asignarle una carga laboral abrumadora. Es mucho más beneficioso canalizar su energía en mejorar sus habilidades de asertividad, de forma que, en su nuevo rol, pueda hablar cuando sienta que un proyecto no es alcanzable o sostenible. Aproveche lo que aprendió en su último trabajo, comunicando claramente sus límites y expectativas.
Planifique cómo gestionar los catalizadores
Preste atención a las situaciones en su nuevo trabajo que se sientan familiares, porque lo devuelven a viejas reacciones de estrés. Identificar situaciones específicas que probablemente lo desencadenen emocionalmente puede darle el poder de hacer un plan para enfrentarlas. Los desencadenantes comunes incluyen ser excluido, sentirse impotente o percibir rechazo.
Saboree los momentos positivos
El cerebro siempre está atento a posibles peligros, pero esto es especialmente cierto después de un trauma. Por eso, quizá interprete posibles desaires, críticas y amenazas, incluso después de haber comenzado un nuevo rol en un entorno más seguro. Puede reconfigurar esta tendencia al saborear, una técnica psicológica que consiste en convertir momentos positivos y fugaces en experiencias y creencias positivas. Se ha demostrado que saborear aumenta los sentimientos de felicidad, satisfacción y autoeficacia.
Por encima de todo, cuídese a usted mismo. Adaptarse a un nuevo trabajo puede ser estresante incluso en las mejores circunstancias, y especialmente cuando se está recuperando de los efectos de un entorno laboral tóxico. Con paciencia y autocompasión, puede superarse y volverse más resiliente.
Por Melody Wilding, entrenadora ejecutiva y autora de “Trust Yourself”
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