Las empresas constantemente buscan empleados eficientes que tengan conocimientos en el rubro que se les necesita. No obstante, un perfil profesional no solo se define por la formación técnica, sino también por una lista de actitudes y aptitudes que van de acuerdo con los objetivos de la empresa.
Muchas personas confunden ambas palabras por parecerse mucho en su pronunciación, aunque en realidad son muy diferentes en su significado. Ambas son características y comportamientos de un buen trabajador que buscan las compañías para que formen parte de su equipo.
¿Qué es actitud?
La actitud se refiere al comportamiento que tiene una persona para realizar una tarea. La actitud es lo que define a una persona a través de su personalidad o su capacidad para resolver problemas, sus reacciones y cómo enfrenta las adversidades en su ambiente laboral.
Existen muchos trabajadores que tienen una hoja de vida impresionante, con diversos estudios y títulos, pero que se quedan en mitad de la selección de personal por una actitud deficiente. Incluso las personas que tienen una actitud negativa son rápidamente separadas para no tener problemas dentro de un equipo de trabajo.
¿Qué es aptitud?
Por otro lado, la aptitud se refiere una serie de características o facultades psicológicas que le permiten a una persona desarrollar una actividad específica. Es la capacidad de una persona para realizar una tarea de manera efectiva.
Como bien dice su concepto, existen varios tipos de aptitudes que se diferencian en una amplia variedad de competencias que definen a un trabajador más apto para un cierto trabajo que otro, ya que las personas tienen diferentes aptitudes entre todos.
¿Cuál es la diferencia entre actitud y aptitud?
Mientras que la actitud se refiere a un rasgo de la personalidad humana y su forma de reaccionar frente a los problemas, la aptitud se refiere más a la capacidad de un empleado para cumplir una función y un rol específico.